Por: Nat Rivera y María Velasco
1. Desvía la plática hacia lo que tú sabes aunque el nexo sea una mentira “fíjate que Einstein era fan del reggeaton, ¿ya escuchaste la nueva de... –déjate ir como hilo de media–?”
2. Para que no tengas que responder al temido “¿pero por qué piensas eso?”, siempre sé tú quien haga las preguntas.
3. Cuando el tema gire en torno a una historia –léase serie de moda–, di que no te gusta el arco dramático de los personajes, alude a la progresión de estos, o cualquier cosa que tu interlocutor no entienda.
4. Responde con frases “ah sí, está muy interesante” “es un gran –coloque aquí de lo que esté hablando–”.
5. Aprende a distinguir de qué lado masca la iguana y sé un fiel partidario de esa opinión, así evitarás cuestionamientos.
6. En temas de actualidad, si no tienes ni idea de qué te están hablando, recurre a la frase “pues algo vi pero no me enteré del todo, a ver cuéntame”.
7. Halaga a la persona que está hablando “oye pero es que casi nadie conoce a –inserte tema de conversación– ¿tú cómo lo encontraste?” Los humanos somos, por naturaleza, ególatras, aprovéchalo.
8. Asiente y mantén la mentira hasta donde se pueda. Si todo falla, sonríe como una niñita inocente y levanta los brazos en son de culpabilidad.
9. Identifica si tu interlocutor te ha descubierto: te mira con distanciamiento, entrecierra los ojos, desvía la mirada –patitas para qué las quieres, es tu momento para huir–. ¿Lo está haciendo? Pasa al siguiente punto.
10. Finge que está sonando tu teléfono y aléjate lentamente. Ponlo en silencio, no te vaya a sonar de verdad y qué oso.Si te perdiste la edición de marzo de Revista Central, la puedes consultar en nuestra app para iPad.