“Governments have not practiced a policy aimed at increasing general prosperity and raising standards of living but one aimed towards the impoverishment of the people”. Ludwig von Mises
El economista austriaco Ludwig von Mises llegó a México en 1942, con el fin de ofrecer una serie de conferencias en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) sobre los graves problemas económicos que enfrentaba nuestro país. En la primera parte de esta serie, comenté su visión sobre el papel crucial del comercio entre las naciones para mantener la paz; ahora, compartiré mis apuntes sobre lo que este economista escribió en Cuadernos Americanos respecto a la importancia de la acumulación de capital.
CAPITAL Y BIENESTAR
La clase política, en general, asume que la disponibilidad de capital no tiene ninguna relación con el bienestar de la población –o creen que es perjudicial–. Esto es un grave error. Desde el punto de vista de Mises, con frecuencia se olvida que su acumulación es sinónimo de creación de riqueza, puesto que es la inversión que incrementa las capacidades productivas de una economía.
Los gobiernos en América Latina han actuado como si la formación de capital no tuviese la menor importancia, en el mejor de los casos. En la mayoría, se le combate abiertamente, lo que equivale a un suicidio económico.
A través de fiscalización depredadora, regulación creciente, restricciones al comercio y gasto público excesivo, los gobiernos han puesto obstáculos crecientes a la formación de capital. Consideremos que, para Mises, esta negligencia histórica pone en riesgo a la civilización occidental, porque la ausencia de éste es sinónimo de pobreza.
Lo que ha llevado a nuestra sociedad al progreso que disfrutamos es la continua acumulación de capital, a través de décadas, que hace posible una mayor producción de bienes y servicios, los cuales aumentan el nivel de vida de todos los miembros de la sociedad (independientemente de cuánta riqueza dispongan de forma individual), porque a mayor acumulación de capital en una economía, mayor será el ingreso promedio y las oportunidades para las familias.
Mises afirma que el hombre contemporáneo vería con desprecio las condiciones de vida de la realeza hace tan sólo 200 años (y esto lo escribió hace casi ocho décadas).
El nivel de vida del común de las familias modernas es posible debido a que, a través de los siglos, las economías han acumulado capital (algunas más que otras). Este proceso ocurre gracias a una producción que supera al consumo de una sociedad, a lo largo de muchos años.
LA ACUMULACIÓN DE CAPITAL ES UN PROCESO FRÁGIL
Para que los individuos –futuros inversionistas y empresarios– estén dispuestos a sacrificar el consumo presente por un beneficio futuro, deben prevalecer ciertas condiciones.
Entre las más importantes encontramos: certidumbre sobre el futuro; una carga fiscal razonable que ofrezca beneficios claros y un mejor entorno para los negocios; una regulación económica mínima, sencilla y transparente; una intervención del gobierno en la economía sólo en situaciones excepcionales y, por último, a cambio de nuestros impuestos, el gobierno deberá garantizar la seguridad de las personas, la propiedad privada, la provisión de justicia y el cumplimiento de los contratos entre particulares.
La acumulación de capital es un proceso frágil que sólo puede darse en un entorno donde impera la confianza –lo mismo aplica para la atracción de recursos del exterior.
Por desgracia, infinidad de políticas públicas que se han aplicado por décadas en México han fomentado pobreza y bajos niveles salariales. De allí la gran necesidad de crear conciencia entre los gobernantes y legisladores, para diseñar y aplicar políticas públicas que promuevan la formación de capital. Sólo entonces, nuestro país podrá erradicar la pobreza.
Con anterioridad mencioné que el salario no se puede fijar por decreto. Muchas veces, los sindicatos buscan obtener por la fuerza lo que no les corresponde en el mercado. Esto resulta contraproducente, porque un salario artificial- mente elevado sólo crea desempleo y nos empobrece a todos.
En el mundo, los países más exitosos en la acumulación de capital –Suiza, Alemania, Dinamarca, Reino Unido o Noruega– son los que han logrado un mayor nivel de vida para sus respectivas poblaciones. Lo mejor de todo es que, cuando las condiciones son propicias, el capital se multiplica.
¿UN FUTURO BRILLANTE?
En 1942, Mises pronosticó un futuro brillante para América Latina. Por desgracia, esto aún no se cumple. En su opinión, la destrucción de capital causada por la Segunda Guerra Mundial en Europa nivelaría de alguna forma el terreno para que América Latina, que salió prácticamente intacta de esa conflagración, pudiera cerrar la brecha de desarrollo.
En sus palabras, “puesto que el capitalismo llegó a América Latina dos siglos después que a Europa, ciertas instituciones no existían en la región. Su nivel de pobreza se debe más a una falta de capital que a una carencia moral o intelectual”. Casi ocho décadas después, Europa ha superado el nivel de vida que tenía previo a las guerras mundiales, mientras que Latinoamérica sigue padeciendo un bajo nivel de desarrollo relativo.
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