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Oscar 2016, la Academia no es la única responsable de la discriminación hollywoodense

Por: Redacción CENTRAL 26 febrero 2016 • 2 minutos de lectura

Quienes producen y deciden qué películas inspirarán cierta parte de nuestra vida, deberían apostar por historias y personajes que reflejen la diversidad del mundo en que vivimos

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Racismo en los Oscar

Rinko Kikuchi estuvo nominada como Mejor actriz de reparto por su participación en Babel, Halle Berry ganó la estatuilla como Mejor actriz en 2001 y Salma Hayek estuvo nominada en la misma categoría tras interpretar a Frida Kahlo
Por: Nataly Rivera/ Fotos: PhotoAMC

Ante la polémica de si hay o no suficiente piel negra entre los nominados a los Oscar 2016, vale la pena preguntarse ¿en verdad el color de la piel de los actores es lo único que debe ser juzgado?, ¿con boicotear la entrega basta? Contestar afirmativamente a ambas preguntas sería pecar de inocencia, existen muchos otros que son aún más responsables: hablamos de quien elige qué llevar a la pantalla y de quien pone el dinero. Nos referimos a los productores. Son ellos quienes, basados en sus prejuicios y posibilidad de ganancia, deciden qué historias financiarán. El problema es más profundo de lo que se piensa. Ante la diversidad y creatividad actual, ¿por qué solo se producen esas historias con tan poco fondo?

Pero volvamos al problema que escandaliza a Hollywood, la escasez de afroamericanos en las nominaciones, porque por supuesto ni hablar de algún latino, asiático o indio. Como constata The Atlantic, “Ningún actor asiático o latino ha ganado un Oscar en más de 50 años”. A latinos, indios norteamericanos y asiáticos únicamente les ofrecen personajes muy pero muy secundarios y estereotipados (jardineros, ilegales, asesinos, narcos, por nombrar algunos), pero ni a los directores, productores o actores estadounidenses (blancos o negros) parece incomodarlos.

Adriana Barraza


Adriana Barraza estuvo nominada como Mejor actriz de reparto por su participación en Babel

En la entrega del 73, que ya mencionamos, Sacheen Littlefeather, una activista de los derechos civiles de los aborígenes estadounidenses, subió al estrado en lugar de Marlon Brando para dar su discurso a favor del respeto y la dignidad de los indígenas del país del norte; ante el abucheo de la sala.

En 2016, quizá en la sala de los Oscar nadie se atrevería a abuchear a quien represente a alguna minoría, ni si quiera a reírse de un chiste homofóbico, y está bien. Pero no es suficiente, quienes producen y deciden qué películas inspirarán cierta parte de nuestra vida, deberían apostar por historias y personajes que reflejen la diversidad y la pluralidad del mundo en que vivimos; incluso aunque eso sea perder un dólar en taquilla, y la Academia tendría que atreverse a premiarlas.

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