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México es su propio muro

Por: Redacción: Central 18 diciembre 2018 • 5 minutos de lectura

El 19 de octubre, 3 mil personas provenientes de Centroamérica rompieron un cerco fronterizo e ingresaron a México para caminar hacia el sueño de reiniciar sus vidas en Estados Unidos

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Cada año, cerca de 500 mil personas cruzan la frontera sur de México provenientes del TNC / Foto: Cortesía
Cada año, cerca de 500 mil personas cruzan la frontera sur de México provenientes del TNC / Foto: Cortesía

Por Luisa Martínez

En su camino hacia Estados Unidos se han enfrentado con la peor cara de México: la del crimen organizado y los secuestros; la de la discriminación y la criminalización injusta; la de las autoridades que, indiferentes, canalizan su trabajo a un problema de seguridad y no al de cuidar derechos humanos como la dignidad, la vida y la libertad. Pero siguen caminando. Van armados con mochilas y bolsas en las que guardan apenas un poco de lo mucho que fueron sus vidas allá, en casa.

En medio de la crisis, el miedo y la desinformación, todos parecen haber olvidado hacer las preguntas correctas para entender el problema de raíz. Por eso, en Central intentamos plantear un ángulo diferente al tan malentendido tema de la caravana migrante en México.

Quiénes son, de dónde vienen, a dónde van

Se trata de personas provenientes de la zona conocida como el Triángulo Norte de Centroamérica (TNC), integrado por Honduras, Guatemala y El Salvador. Son hombres, mujeres y niños de todas condiciones, entre los que destaca la presencia de grupos vulnerables, como discapacitados, víctimas de violencia doméstica, miembros de la comunidad LGBT y embarazadas.Su objetivo es llegar a la frontera norte de México; según Médicos Sin Fronteras (MDS), a tres puntos específicos: Tijuana, Nuevo Laredo y Ciudad Juárez. Sin embargo, es verdad que muchos de ellos consideran la posibilidad de establecerse en México.

Desplazamiento forzado: No querían dejar su hogar

Resulta difícil pensar que existen razones suficientes para abandonarlo todo y arriesgar la vida. Para entenderlo, se necesita información y empatía. A continuación, un resumen del panorama al que los que intentan cruzar nuestro país se enfrentaban en sus lugares de origen:

Pobreza: Honduras es el país más pobre de Centroamérica, incluso por encima de Guatemala. En estos países, hay personas asalariadas –sí, con trabajo– que viven en situación de indigencia y pobreza extrema.

Violencia: Guatemala es uno de los 3 países del mundo en el que más jóvenes y niños mueren por violencia. El Salvador no se queda atrás, pues no sólo fue reconocido como el país más violento del mundo en 2015, hoy ostenta el título del país Centroamericano con más homicidios: en 2017, los asesinatos ahí sumaron el doble de los cometidos en todos los demás países de la zona.

La pobreza y la falta de oportunidades son factores para el desplazamiento forzado / Foto: Cortesía
La pobreza y la falta de oportunidades son factores para el desplazamiento forzado / Foto: Cortesía

Bienvenidos: Esto es México

No es novedad que los grupos de desplazados que pasan por México se enfrentan a robos, torturas, extorsiones, asesinatos, secuestros y reclutamiento de grupos de crimen organizado. No tan diferente a la situación de la que vienen huyendo.El 6 de noviembre, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) de México reportó la desaparición de dos camiones en Veracruz, en los que viajaban aproximadamente 80 indocumentados; también hay informes de que unas 100 personas fueron secuestradas en el estado de Puebla, para ser entregadas a un cártel, posiblemente Los Zetas. Y es cierto, nosotros vivimos aquí, es nuestra realidad y no se trata de que prioricemos su seguridad sobre la nuestra, pero esto es una cuestión de legalidad y justicia.

Por ello, ese mismo mes, varias organizaciones de la sociedad civil –Sin Fronteras IAP, Instituto para las Mujeres en la Migración (IMUMI), Instituto de Estudios y Divulgación sobre Migración (INEDIM), Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos (CMDPDH) y Oxford Committee for Famine Relief (OXFAM)– presentaron ante medios de comunicación la carta enviada a la Secretaría de Gobernación con peticiones claras para cuidar los derechos humanos de los desplazados. “No estamos pidiendo nada extraordinario, sólo que en México se aplique la ley sin discriminar, y eso incluye que se cuiden los derechos humanos de esas personas (...). Si las autoridades intervienen, deben hacerlo sólo para agilizar su situación legal y protegerlos: son un grupo extremadamente vulnerable”, afirmó Ana Sainz Valenzuela, directora de Sin Fronteras IAP.

Alimento, agua potable, atención médica, contención psicosocial y espacios seguros es lo que la ciudadanía ha pedido para ellos porque, como precisó Sainz Valenzuela, se trata de un problema originado en la humanidad y desde ahí debe ser resuelto, por supuesto, con el ángulo de una emergencia nacional.Cabe decir que, además de la inseguridad, los migrantes se enfrentan a un problema muy común en México: la discriminación y la narrativa de criminalización al colectivo entero. “Claro que la violencia no es aceptable, pero los con- troles migratorios no deben estar por encima del respeto al ser humano”, opina Rocío Stevens, directora de movilización en OXFAM México.

Menos de la mitad de las solicitudes de asilo solicitadas, fueron concedidas en el 2016 / Foto: Cortesía
Menos de la mitad de las solicitudes de asilo solicitadas, fueron concedidas en el 2016 / Foto: Cortesía

Esto, como respuesta a la opinión generalizada de varios grupos de la sociedad mexicana, para quienes la llegada de los desplazados es un riesgo de seguridad nacional: “Es irónico que estemos replicando la narrativa de odio de la cual somos víctimas”, complementó Gretchen Kuhner, directora del IMUMI, quien además aclaró que, de llegar a Estados Unidos, Donald Trump estaría obligado a darles asilo, “porque eso dice la ley” –aunque el 9 de noviembre, el presidente estadounidense firmó una orden ejecutiva para no recibir ninguna solicitud de asilo durante 90 días, o hasta llegar a un acuerdo con México para deportarlos.

El verdadero problema

Algunos se preguntan: ¿por qué no simplemente piden asilo y entran legalmente? Los procesos son complicados. Según un informe de Médicos Sin fronteras (MSF), en 2016, se tramitaron 8 mil 781 solicitudes de asilo. Menos de la mitad fueron concedidas, lo cual prueba que seguimos siendo un país en el que no es fácil ser parte de lo legal. Muchas personas abandonan el proceso por lo largo que es y las condiciones de los centros de detención de las estaciones migratorias en las que deben esperar, pues para entrar legalmente a México, los desplazados deben aceptar ser privados de su libertad y despojados de su dignidad.

No es un problema de seguridad, sino de derechos humanos. No es una caravana, es un éxodo. No son ilegales, son seres humanos. No son migrantes, sino víctimas de desplazamiento forzado. Y hasta que no empecemos a nombrar los problemas adecuadamente, seremos incapaces de ver hacia dónde van las verdaderas soluciones.

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