Por: Daniela Calderón
Este miércoles, el sultán de Brunéi, Hasanal Bolkiah, hizo una declaración pública diciendo que entrará en vigor una nueva legislación, inspirada en la ley islámica, que castiga la homosexualidad y el adulterio con la lapidación, y el robo con la mutilación de extremidades.
“Quiero que las enseñanzas islámicas en este país se refuercen”, dijo el poderoso sultán, sin hacer referencia a la introducción de este nuevo y controvertido código penal.
“La llamada a la oración debe escucharse en todos los lugares públicos, no solamente en las mezquitas, para recordar a los clientes sus deberes”, dijo.
El nuevo ordenamiento incluye la lapidación por delitos homosexuales y adulterio; la mutilación de la mano o el pie por robo; la pena capital por blasfemia, difamar el nombre del profeta Mahoma y la apostasía; y la flagelación por aborto, entre otras.
El sultán, que lleva 51 años en el trono de Brunéi, en el norte de la isla de Borneo, rica en petróleo, dijo que Brunéi es “justo y feliz”, en respuesta a las críticas mundiales por los nuevos castigos.
Representantes de gobiernos internacionales externaron su opinión, reafirmando que estas nuevas normas atentan contra los derechos humanos.
Phil Robertson, subdirector de la ONG, considera esto como “bárbaro en su esencia” e “impone castigos arcaicos por actos que ni siquiera deberían considerarse delitos”.
Por otro lado la Unión Europea, algunos aspectos de la legislación suponen “tortura o actos crueles, inhumanos y degradantes”.
Estados Unidos por su parte dijo que la nueva legislación era contraria a “las obligaciones internacionales” relativas “a los derechos humanos”.
Figuras del espectáculo como George Clooney renovó, una columna publicada el jueves por el medio Deadline, el boicot contra los negocios de Brunéi, un llamado al que se unieron otros famosos, como el cantante británico Elton John, la comunidad en favor de los derechos homosexuales o diversos organismos políticos.
Aunque el actual Código Penal contempla la pena de muerte, Brunéi no ha realizado ninguna ejecución desde 1957 y la última sentencia data de 2017 por un delito de drogas.
La nueva legislación se prevé que se aplique principalmente a los ciudadanos que profesen la fe musulmana, quienes representan el 70%de la población del sultanato, unos 300.000 nativos, aunque en algunos casos también se utilizará con extranjeros o fieles de otras creencias, en su mayoría budistas y cristianos.