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(EXCLUSIVA) Lo que pensaba Alejandro Sanz hace 4 años

Por: Redacción: Central 17 abril 2019 • 6 minutos de lectura

Atrás ha quedado el hombre de ‘Corazón Partío’, ese que esperaba a quien amar platicando con su soledad, pero sin lugar a dudas sigue ‘Pisando fuerte’

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Alejandro Sanz buscaría apoyar a Acapulco
Alejandro Sanz buscaría apoyar a Acapulco / ADN40

Por Brisa Granados (en mayo de 2015)

Alejandro Sanz se escucha feliz y relajado, con esa voz aguardentosa que ha conquistado a millones. Con soltura habla de la compañía de su esposa, las alegrías que le dan día a día sus hijos, los recuerdos y tropiezos que le han dejado 27 años de trayectoria y, por supuesto, de sus nuevas letras.


Está al otro lado de la línea, en Madrid, pero pareciera que lo tuviera enfrente. La incomodidad que a veces se tiene durante este tipo de entrevistas —pues no se está junto a la persona para cuestionarla a gusto, compartiendo gestos y ademanes— desaparece por completo. Se oye la risa de Alejandro y nos recuerda inmediatamente ese gesto característico en el que tuerce ligeramente la boca, algo que transmite amabilidad y confianza.

Tal vez su estado de ánimo se debe a que, a unas horas de haber lanzado el sencillo Un zombie a la intemperie, ya ha logrado colarse en primer lugar de ventas. Seguramente también al momento tan estable que atraviesa en su vida.

Tus discos tienden a lo autobiográfico, ¿cómo la estás pasando actualmente?


Creo que uno tiene que escribir sobre lo que ve, vive, siente, quiere y desea, de cosas cercanas. Es una especie de diálogo que se entabla con la persona que escucha. Considero que es bueno hablar de lo que uno trae dentro y no tenerle miedo a desnudar un poco el alma.

Por casi tres décadas, el madrileño de 46 años, se ha hecho acompañar de una guitarra para hablarle a su público sobre el amor y de todas las emociones que hay alrededor de esa palabra. Y es que para ser sinceros, ¿quién no se ha enamorado o se ha curado de un desamor con las letras de Sanz?

La pasión de Alejandro por la música fue inculcado por su padre, el músico Jesús Sánchez Madero, quien le regaló su primer guitarra cuando cumplió siete años. Don Jesús era dueño de una agencia de representación artística, y fue él quien impulsó los primeros años como cantante de su hijo. El padre de Sanz falleció hace 10 años. Por años, la principal cómplice de Alejandro en el plano laboral y personal fue su madre, María Pizarro, quien murió hace tres años. Cuando comenzó a ganar suficiente dinero, Sanz le regaló a su mamá una peluquería y a su padre un automóvil Mercedes-Benz.

Alejandro Sanz
Alejandro Sanz

LA IMPORTANCIA DE LLAMARSE PADRE Y ESPOSO


Alejandro tiene cuatro hijos: Manuela de 13 años, a quien tuvo con su primera esposa, la modelo mexicana Jaydy Michel; Alexander de 12, producto de su relación con la diseñadora puertorriqueña Valeria Rivera. Dylan de cuatro y Alma de ocho meses son hijos de Raquel Perera, esposa de Alejandro desde hace dos años y de quien se enamoró hace ocho años, cuando su mánager la contrató para ser parte del equipo de management del cantante.

Como bien dicta el dicho: “el amor y el dinero no se pueden ocultar”, y eso es lo que le ocurre al cantante. Alejandro adora a Raquel, su marciana, como la llama. En 2012 sorprendieron a los invitados al bautizo de su hijo Dylan anunciándoles que se trataba de su enlace matrimonial. Definitivamente Sanz está en uno de los momentos más estables de su vida: el amor por su esposa y sus hijos es evidente y esa estabilidad familiar le ha inspirado para mostrar un poco de su intimidad en las letras de los temas que integran Sirope.

Ahora tienes “a quién contarle las pestañas”, como dice una frase de A que no me dejas. ¿Ha cambiado tu forma de escribir ahora que estás casado de nuevo?

Pues mira —se interrumpe entre risas— la verdad es que claro que cambia la cosa, eso está claro. Realmente mi mujer me aporta muchas cosas bellas, compartimos mucho tiempo y somos muy felices. Y por supuesto está presente en mis letras.

EN PROCESO

“En el estudio me siento muy libre, puedo pasarme noches enteras componiendo y tocando algún instrumento... La pasé muy bien, pero también ya echo de menos subirme a un escenario”, cuenta. Está celebrando el incipiente éxito con el que fue recibido el sencillo Un zombie a la intemperie, aunque ya piensa en lo que vendrá y entre tanta planeación se da tiempo de reflexionar. ¿Qué te hace sentir Un zombie en la intemperie? En esta canción quise plasmar la búsqueda del sentido. Los seres humanos siempre estamos bus- cando la felicidad porque nos parece demasiado fácil o demasiado cómoda. Es obvio porque en los espacios donde te sientes feliz o protegido es donde mejor estás. Fuera de ahí arrecia el frío.

Alejandro Sanz
Alejandro Sanz

UN HOMBRE, ¿NORMAL?

El madrileño que se describe pleno, maduro y tranquilo, reveló a Central sus manías y miedos. Franco y directo, con ese acento tan característico, contestó nuestras preguntas entre risas y reflexiones.

¿Qué consejo le darías a aquel chico que hace 27 años debutó en la música con el tema Viviendo de prisa?


¡Que se peinara de otra manera! Y que se cambiara el saco —dice con su risa de acompañamiento—. Pero no soy muy de dar consejos, además creo que no me ha ido nada mal. Me siento bien con la carrera que he llevado y feliz por el punto en el que estoy. ¿Para qué cambiar algo que pueda estropear este viaje?

Con 23 millones de discos vendidos, cualquiera pensaría que ya no sientes nervios al subir a un escenario...


Siempre hay un poquito de nervios y también hay ciertos días, de ciertos meses, de ciertos años, que uno se levanta y lo ve todo gris. Pero tú eres el que tiene que ponerse el color en los ojos y caminar pa’lante. Nunca hay que abandonar las emociones. Dejar las malas, no a las buenas.

¿Eres religioso?

Sí, yo soy creyente, pero tengo mis crisis de fe. Muchas veces hay cosas incomprensibles y que te ponen en duda, pero cuento con grandes amigos como Juan Luis Guerra, un hombre de mucha fe y muy contagiosa. Él me ayuda cuando estoy un poco triste.

¿A qué le temes?A que le pase cualquier cosa a mis hijos, que tengan un futuro incierto o no sean felices. No sé si será bueno o no: le he ido perdiendo el miedo a casi todo.

¿Eres supersticioso?

Sí, antes de subir al escenario rezo a mis santillos siete veces y hago mis pequeñas cábalas. Bueno, hay quien dice que las supersticiones son un lastre, pero mientras que sea una superstición inofensiva no pasa nada. Son a veces manías, pero también una forma de concentrarte.

¿Cuáles son tus manías?

Yo soy muy maniático, la gente que me conoce seguro te podrá contar 40 mil. Por ejemplo, soy muy pesado en el estudio de grabación, podría estar años metido grabando un disco, puedo no dormir toda la noche trabajando.

¿Has dejado de lado la pintura?

Yo la he dejado de lado pero ella no me ha dejado a mí, una vez que se mete en ti no se va nunca. Ahora lo que hago es dibujar en cuadernos, siempre antes de dormir pongo una frase y hago un dibujo.

¿Qué te pone de buen humor y qué de malas?

De buen humor un niño riéndose o un gesto de generosidad de alguien y de pésimo humor la corrupción y la injusticia, que es la madre de todos los problemas en el mundo.

¿Eres mal hablado?

Bueno, un poquito —dice y suelta la carcajada—. Mira, en la Real Academia de la Lengua Española hace mucho que se incluyeron casi todas las palabras que yo digo. Y yo creo que de vez en cuando hay que utilizar una palabra altisonante para explicar una acción mal sonada.

¿Te molesta ser considerado un hombre deseado y sexy?


No. Me siento alagado y feliz. No me considero nada especial, pero el cariño, sea como sea, siempre es bien recibido.

Has hablado mucho de tu amor por México, ¿sigues siendo así?


Mucho más: ¡mientras más roce, más cariño!

Después de tanto, ¿todavía hay mucho por decir del amor?


Yo creo que uno de los grandes misterios son las emociones de la humanidad. No solo se trata del amor, sino del amor y un poco de todo... de las emociones, de estar vivos.

Alejandro Sanz
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