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Tijuana: el nuevo paraíso del glotón gourmet

Por: revista central 19 octubre 2016 • 2 minutos de lectura

Si antes considerábamos una obligación comer en Oaxaca, hoy Tijuana se ha convertido en el non plus ultra de la cocina nacional. ¿Pero por qué, dónde y qué comer? Entre tantos buenos lugares, aquí te sugerimos un road trip culinario de 24 horas.

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Osadía es el primer food truck en Valle de Guadalupe.

Por Nat Rivera

Fotos Cortesía

El día comienza con un desayuno en Azarosa, un food truck propiedad de Adria Marín. Sí, quizá la recuerdes porque participó en Top Chef México; no obstante, ése no ha sido el único logro: también ha sido embajadora de la Cocina de Baja California en Londres.

Azarosa es el segundo food truck de Adria, y se localiza en Telefónica Gastropark, un complejo que reúne cerca de ocho food trucks con comida para todos los gustos. Por la tarde, Telefónica tiene comensales pa aventar pa’rriba. Sin embargo, por la mañana, el ambiente cambia porque es el único lugar abierto; así que puedes disfrutar del hermoso clima seco de Baja, cobijado por la sombra de un árbol, acompañado de un café en prensa francesa; seguido de un tazón de frutos rojos con yogurt y granola hecha en casa; para terminar con un delicioso pan francés ya sea de ricota o nutella, o si tu paladar se inclina por lo salado, no dejes de probar el Croque madame, uno de los más pedidos en Azarosa, y sí podemos jurar con la mano sobre la Biblia, que sabe delicioso.

Azarosa es el segundo food truck de Adria, quien inicio con Ramen, el primer camión de comida en Tijuana.

Los food trucks de Tijuana no son como los del resto del país donde solo venden comida rápida y fácil de preparar. Acá puedes probar platillos de sabores complejos, preparados por chefs, a precios accesibles ($100 a $200) y libres del esnobismo de los restaurantes con estrellas.

Croque madame es uno de los favoritos de los comensales de Adria.

Este desayuno te dejará con suficiente energía para manejar hasta el famoso Valle de Guadalupe, una de las regiones vinícolas más importantes del país, y tomar una copa de vino acompañada de una tabla de quesos, en alguna de las vinícolas del lugar. Todas cuentan con vistas impresionantes al Valle, que recuerdan los paisajes del pintor José María Velasco o los cuadros que Van Gogh pintó al aire libre en los campos de trigo. Te sugerimos las terrazas del hotel Encuentro Guadalupe y las de la finca La Carrodilla. Ambas ofrecen un tour a sus cavas donde explican cómo viven, preparan e interpretan los sabores del vino.

La espectacular vista desde la terraza del hotel Encuentro Guadalupe.

Después de las degustaciones, el estómago quizá te pedirá algo sabroso de comer, y si no es así, aplica una de las máximas de pitufo Glotón: “No dejes para mañana lo que puedas comer hoy”. Afloja el cinturón y dirígete a un food truck de ensueño: Osadía, comandado por el chef Oswaldo Flores, de a penas 25 años pero con mucho talento que se ve reflejado en los platillos. La temporada de este comienza en abril y termina en octubre, por el clima del Valle.

Las vistas del Valle de Guadalupe recuerdas los cuadros de Velasco.

Podrás empezar a hacer hambre con unas dobladitas de frijoles y tortilla asada. Y continuar con una ensalada de tomates o vegetales, ceviche o un chamorro confitado. Todos los platillos se preparan en el momento pasan por el asador, excepto el ceviche claro. Así que debes tener un poco de paciencia pero los árboles y la tranquilidad del lugar harán inmune la espera.

Las dobladitas de frijoles con tortilla quemada son un clásico de los mexicanos.

En el jardín de Osadía disfrutarás recibir la noche por la buena comida y bebida que ofrece el lugar. El día termina pero un buen glotón ya está pensando en el desayuno del día siguiente. ¿Te gustaría probar el mejor desayuno del mundo? Quizá te interese la ir a la Cocina de doña Estela.

El chamorro es uno de los platos más ricos de Osadía.

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