Originario de Marruecos, el aceite extraído del fruto del árbol de argán es apreciado en el mundo entero. Razones para usarlo sobran, pues se trata de un ingrediente noble que incluso en su versión pura puede aplicarse directamente en la piel, dejándola suave y elástica.
Como es un aceite rico en vitamina E, ácidos grasos esenciales, fenoles y carotenos, sus beneficios humectantes son lógicos. Hace tanto bien para la piel, el pelo y la uñas que lo venden como ingrediente milagro, pero no, no esperes que te quite las arrugas, repare las puntas abiertas (esas solo se quitan con tijeras) o te haga crecer el pelo.
Lo que sí puedes esperar es*:
- Nutrir la piel seca
- Regular la producción de sebo en pieles grasas
- Calmar las pieles con psoriasis
- Evitar la pérdida de humedad de la piel
- Nutre, da brillo y suaviza el pelo
* Según investigaciones especializadas en la materia.
Necesitas aceite de argán en tu rutina para pelo si: el frizz es una de tus batallas diarias; aunque usas acondicionador y mascarillas no hay modo de peinarte; después de usar cremas para peinar tu melena sigue indomable o después de intentar varios peinados terminas recogiéndolo con la típica coleta.
No es un tema kármico, los bad hair days tienen una explicación obvia: los shampoos tradicionales contienen muchos detergentes que al limpiar eliminan los aceites naturales buenos del cuero cabelludo y el pelo. Si la rutina de peinado la completas aplicando mousses o sprays, que contienen alcohol y deshidratan, y después usas secadora o plancha que reseca aún más... Al final del día, ¡agradece que aún tienes pelo!
Por eso, agregar argán a tu rutina diaria es una buena idea. Pero lo mejor es que es sencillísimo. De hecho, Sedal acaba de lanzar la línea Bomba Argán, que incluye un shampoo, acondicionador y crema para peinar, todo con el poder del aceite marroquí.