Por Daniela Calderón
La máquina de la felicidad de Katie Williams es un libro de ficción donde la tecnología quiere interponerse entre la naturaleza de la felicidad.
Esta historia ocurre en un futuro, donde Pearl, la protagonista, ha trabajado por diez años para una corporación que diseñó una máquina capaz de identificar las necesidades de cada persona y así buscar la satisfacción de la vida en todos los aspectos. Esta máquina llamada Apricity funciona con una pequeña muestra de ADN para saber lo que las personas necesitan para ser felices.
Apricity da instrucciones muy sencillas y, algunas veces, muy extrañas a cada persona como: comer miel, comprar un perro de compañía, romper relaciones con tu hermano gemelo, comer mandarinas con más frecuencia o trabajar en un escritorio que reciba la luz natural, hasta amputar una parte del índice derecho.
Así de desconcertantes son sus recomendaciones, pero su fiabilidad es del 99.7 por ciento.
Bajo esta premisa, vemos a la protagonista hacer figuras de modelado en 3D, por indicaciones de la máquina, mientras su esposo la deja por Val una mujer más joven y su hijo Reth, padece anorexia. Siendo esta última noticia, la que pone a prueba la supuesta felicidad de Pearl, mientras otros colegas sin escrúpulos, buscan manipular la relación entre la felicidad y el poder.