Por Brisa Granados
Para dar vida a Marcela, Raquel, junto a Armando Hernández (Julio César) y Damayanti Quintanar (Ana), fueron entrenados por seis meses en un gimnasio de Ramón Euroza, campeón intercontinental y nacional de boxeo.
Robles descubrió el mundo de ficción en los libros, pues sus abuelos tienen una librería. “A partir de eso fui entendiendo que esos mundos también se interpretan y eso es la actuación. Desde ese descubrimiento quise contarlas yo. Siempre quise ser actriz, darle vida a los personajes que leía”.
¿Qué sabor de boca te dejó actuar en la serie de El César?
“Un placer y una responsabilidad. Pertenecer a su mundo cómo deportista y cómo ser humano, con caídas y levantadas, como la vida misma. Y contar la historia de una mujer boxeadora, qué pasa por sus propias luchas, y las de otras pugilistas, que buscan abrir caminos e igualdad. Disfruté la complicidad con Ana, su firmeza y amistad. Esta serie me dejó agradecimiento, retos y aprendizaje.
¿Cómo fue interpretar a Marcela?
Un verdadero gozo y deleite, con disciplina física y mental. Con mucha responsabilidad de interpretar a un personaje que le da voz a su género, en un deporte visto con exclusividad del masculino.
¿Cuáles fueron las exigencias físicas y actorales?
Físicamente prepararme con la disciplina y rigor a la que se enfrentan las boxeadoras. Entrenar, hacer sparrings y boxear. Ver que no solo es lo físico sino la astucia y agilidad mental. Dominar la mente más que pegar por pegar. Y como actriz más que una exigencia un gran reto y aprendizaje de buscar el tono y modismos de Culiacán.
¿Qué sigue para ti?
Este año vienen varios proyectos, primero la Diosa de asfalto, película dirigida por Julián Hernández y producida por Roberto Fiesco, una muy buena mancuerna en el cine mexicano. La historia se centra en la Ciudad de México, en la década de los 80, cuando un grupo de mujeres defiende incansablemente su género. En marzo se estrenará Historia de una aurora y dos ocasos, en el FICG, en esa película interpreto a Ana Clara, protagonista con un ideal político marcado. También viene La Piedra en el río, una historia de amor en los años 30 de México, inspirada en la época de oro del cine. Además tengo una participación en la película Tradición, de Nacho Ortiz Cruz, protagonizada por Juan Manuel Bernal, habla de la relación entre un padre y una hija durante tres diferentes épocas, esperamos que este año salga a cartelera.
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