Por Brisa Granados
Akihito se convirtió en el primer monarca japonés en abdicar al trono en más de 200 años. Con 85 años el emperador emérito decidió pedir permiso para abandonar su puesto, pues se sentía incapaz de cumplir su función debido a su avanzada edad y complicado estado de salud.
Y fue este 1º de mayo cuando su hijo, el príncipe heredero Naruhito, de 59 años, tomó posesión del trono del Crisantemo.
Durante su primer discurso como jefe de Estado Naruhito prometió seguir los pasos de su padre, cumplir sus funciones de acuerdo a la Constitución, tener en sus pensamientos al pueblo y apoyarlo. “Desde que llegó al trono, se entregó a cumplir cada uno de sus deberes durante 30 años, al tiempo que rezaba por la paz mundial y la felicidad del pueblo, y en todo momento compartió las alegrías y las penas de la gente. Mostró una profunda compasión”, recordó el emperador sobre su padre.