Por: Beatriz Velasco
No era de extrañarse que quien fuera la oveja negra de la monarquía inglesa nos sorprendiera durante el día se su boda y éstos son algunos de los detalles con los que el hijo menor de la fallecida Diana de Gales nos ha dejado con la boca abierta.
La vida de Enrique ha sido la preferida de la prensa, pues siempre dio la nota, algunas veces para mal y ahora… ¡para bien! El príncipe de 33 años y sexto en el orden de sucesión, eligió por esposa a una estadounidense, ex actriz y divorciada (estuvo casada con Trevor Engelson, de 2011 a 2013). Megan de 36 años no sólo no tiene sangre azul por sus venas, tiene sangre mestiza. Lo que la convierte en la primera mulata de la familia real.
El dato es aún más relevante cuando se considera que solo 8.2 millones de habitantes de la capital inglesa (el 45% de la población) es blanca, de acuerdo al censo de la Oficina Nacional de Estadísticas, publicado en 2011.
Si se toma en cuenta que la última compatriota de Meghan que se vinculó a la familia real inglesa, Wallis Simpson, sólo pudo entrar al castillo de Windsor metida en su ataúd y con el motivo de acompañar a quien fuera su marido, Eduardo VIII; es evidente que la monarquía se está actualizando.
A la vida de Meghan tampoco le han faltado altibajos. Su padre es director de fotografía y su madre instructora de yoga, y se conocieron en la grabación de una película, pero esa historia de amor no prosperó. La nueva Duquesa de Sussex siempre ha estado cerca de los escenarios y estudios de grabación.
La ahora Duquesa de Sussex ha expresado en varias ocasiones que está a favor de los derechos de las mujeres, pero durante la ceremonia religiosa tuvo la oportunidad de demostrarlo. Dado que su padre sufrió un problema cardiaco grave la semana pasada, la tradicional “entrega” en el altar se había complicado. No se sabía quién la acompañaría durante ese tramo y hasta se especuló que el propio príncipe Carlos lo haría; pero no fue así. Meghan decidió hacerlo sola en un evidente gesto de independencia, tampoco prometió obediencia a su marido.
Las sorpresas tampoco cesaron durante la ceremonia, en la que el reverendo Michal Curry, obispo presidente de la Iglesia Episcopal de los Estados Unidos, aprovechó el sermón para parafrasear al activista de los derechos civiles Martin Luther King y expresar: “Imaginar gobiernos que se guíen por el amor: ningún niño se iría a la cama hambriento nunca más… El doctor King tenía razón; debemos descubrir el amor, el poder redentor del amor. Cuando lo hagamos haremos de este viejo mundo un mundo nuevo”.
Reafirmando que más que una boda se trata de la celebración y reconciliación de culturas, la unión de los Duques de Sussex abre un capítulo en la historia de la monarquía inglesa en el que el protocolo y las tradiciones tendrán que ceder ante los nuevos tiempos.