Por: Brisa Granados
Beto, ¿cómo te sientes con el reencuentro de La Ley?
Muy contento. Fueron casi 10 años que hicimos proyectos en paralelo. Ahora estamos de regreso mezclando grandes éxitos con nuestro presente musical: cuatro canciones inéditas que incluimos en el álbum Adaptación.
¿Qué extrañabas de Pedro y Mauricio?
A ellos como personas, amigos y músicos: hay una admiración mutua. Además el buen humor ha sido un elemento que nos amalgama, nos une y que hace muy llevadera la gira, las exigencias. Todos, en cualquier ámbito, debemos tener ese momento de buen humor, de no tomar las cosas tan en serio: si todo es presión y más presión, las cosas terminan mal.
¿Cuál es la ley de La Ley?
Ser profesionales es la regla fundamental. Tener claro cuál es el norte y compartirlo. Cuando las brújulas apuntan a diferente lugar, las cosas no funcionan. Es de humanos no estar de acuerdo, pero lo importante es platicarlo. Practicamos la democracia.
¿Qué dejaron inconcluso durante la primera etapa del grupo?
Fueron 16 años de mucho trabajo y giras, pero poco descanso creativo, que nos acabó cansando. Por eso sentimos la necesidad de parar y trabajar con otras personas. Pero siempre sentimos que teníamos mucho más por hacer, y por eso volvimos.
Si quieres saber por qué llamaron al disco Adaptación y si sigue sintiendo nervios al subir a un escenario, puedes leer el resto de la entrevista en la edición de abril de Revista Central.
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