Por: Nat Rivera
MUSEOS: EL RASTRO DE LA HUMANIDAD
Borges dijo que Citizen Kane versa sobre “la investigación del alma secreta de un hombre, a través de las obras que ha construido, de las palabras que ha pronunciado, de los muchos destinos que ha roto”. Retomando esta idea, podemos decir que los museos son pequeñas bodegas desperdigadas por el mundo, que resguardan la historia del alma de la humanidad. ¿La finalidad? Educarnos, enseñarnos a ver al otro como un nosotros, incrementar la empatía y ayudarnos a aceptar la pluralidad de la humanidad. Por ello, no es casualidad que cuando un pueblo busca conquistar a otro, como muestra de poder destruya los monumentos, los museos y las bibliotecas: todo rastro de cultura, todo evidencia del espíritu. Si un pueblo se olvida de su historia, será muchísimo más fácil oprimirlo.
¿PUEDE ALGO TAN ABURRIDO COMO UN MUSEO CAMBIAR LA HISTORIA?
En contraste, mirar al pasado, transforma a pasos agigantados el mundo. Cuentan que Picasso, durante una crisis creativa, mientras visitaba el Museo de la Humanidad en París, para observar las máscaras africanas, comprendió “el poder de una simple obra plástica de madera: la magia que cura a los enfermos, que nos alcanza nuestros deseos y que nos evade de las preocupaciones cotidianas. El día que entendí esto, supe que había encontrado mi camino. Y de ahí, nítidamente, me surgió la inspiración para el movimiento cubista: enlaza los trazos geométricos de las máscaras a las caras y cabezas. El pintor Georges Braque me acompañó en la creación de un nuevo movimiento en la pintura, el cubismo: descomponiendo las figuras por formas geométricas y la perspectiva en planos vistos desde varios lados, de frente o perfil”.
Así los museos tienen la encomienda de resguardar lo que la humanidad no tiene la capacidad de cuidar, como declaró el pintor español Manuel Valdés: “Yo mismo me he encontrado ya con muchas negativas de museos a los que he pedido mis propias obras para la exposición que preparo [...], porque los museos sienten que su deber sagrado es la protección de las obras, incluso frente a su propio autor”.
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