En agosto de 2021 en Afganistán regresaron los talibanes al poder, esto después de la retirada de las fuerzas estadounidenses y de la OTAN del país árabe. En aquel entonces, el miedo volvió a la vida de las mujeres pues el Talibán es conocido por sus ideas más ortodoxas del Islam y por tanto restrictivas para las mujeres.
En ese sentido, en aquel entonces, Jacqueline L’Hoist explicó para Revista Central que la interpretación de los talibanes de Ley Sharía, que es la base del derecho islámico, hace que consideren que “las mujeres deben estar bajo la subordinación de los hombres, además de limitar sus derechos y libertades”.
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Por tanto, el miedo era volver a un estilo de vida que las obligaba a estar cubiertas de pies a cabeza con el uso de la burka, no poder trabajar, no tener acceso a una educación, siempre estar acompañada de un hombre en los lugares públicos o no poder tomar un taxi por sí solas. En pocas palabras, el regreso del talibán era una amenaza a la lucha de las mujeres afganas por sus libertades y en especial por sus derechos.
Si bien en aquel entonces los talibanes prometieron que las mujeres mantendrían sus derechos, muy pronto se probó que aquella era una promesa falsa, y las libertades de las mujeres empezaron a ser coartadas de manera progresiva a lo largo del año que ya ha transcurrido bajo su régimen.
/ Estudiantes en una clase segregada. Hombres y mujeres son separados por una cortina en una universidad privada en Kabul el 7 de septiembre de 2021. / Aamir Qureshi/AFP
Los miedos probaron ser justificados, pues el 20 de diciembre el Gobierno talibán en Afganistán prohibió el acceso de las mujeres a las universidades públicas y privadas; por tanto, las universidades deben impedirles el acceso.
Previo a esto, las aulas universitarias para las mujeres fueron segregadas, esto quiere decir que las mujeres hombres eran separados en los salones de clases y en las entradas, además, la BBC reporta que en el caso de las mujeres sólo podían tomar clase con otras profesoras u hombres mayores.
/ Hombres acuden a su clase de universidad sin las mujeres el 21 de diciembre de 2022 en la provincia de Kandahar, esto tras la prohibición de la autoridad taliban. / Stringer/AFP
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Las prohibiciones y reglas para las mujeres que ya estaban en efecto
Sin embargo, esta es la prohibición más reciente de todas, pues según el reportaje de El País, en octubre de 2021, ya había sido prohibido que las adolescentes de 12 años en adelante estudiaran y los institutos fueron cerrados. En otras palabras, todas las mujeres afganas perdieron su derecho a la educación. Además, reportan que desde el 10 de noviembre, las mujeres tampoco pueden acceder a parques y jardines de Kabul.
Según los datos de UN Women, estas son algunas de las prohibiciones y limitaciones impuestas desde el 2021 hasta 2022:
- El ministerio de Asuntos de la Mujer fue disuelto, por lo que no pueden participar en la política. Actualmente su participación es completamente nula.
- Prohibieron los trabajos de las mujeres fuera del hogar
- Desde mayo 2022 debían cubrir su rostro en público y también cubrirse por completo
- Debían quedarse en casa salvo por una necesidad
- No pueden atravesar grandes distancias sin un hombre que las acompañe
- A las mujeres sin acompañantes se les suele negar el acceso a servicios esenciales
- Está prohibido también que las mujeres se desempeñen como periodistas y en televisión o dramas televisivos
- La mayoría de las mujeres también perdieron sus trabajos, aunque existen aún profesiones donde es permisible como el sector de la salud, según la alerta de género emitida por la misma institución.
Pero eso no es todo, pues todas las organizaciones humanitarias como la ONU y hasta Amnistía Internacional identifican que todas estas prohibiciones y la desarticulación de organizaciones de y para mujeres en el país son el vehículo para el surgimiento de prácticas que violentan a las mujeres, hablamos pues de matrimonios forzados, el casamiento de niñas menores, así como de la predominancia de la violencia doméstica, detenciones y desapariciones arbitrarias entre otros crímenes que denostan que en Afganistán se vive una crisis humanitaria.
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La lucha clandestina por los derechos de las mujeres afganas
La desaparición de las mujeres de la vida pública (es decir, en televisión y hasta en las calles) es de gran preocupación, ya que tan sólo es comienzo de la normalización de este tipo de vida y de la dominancia de los hombres bajo las vidas femeninas.
Las imposiciones del talibán bajo el pretexto del cumplimiento de la ley islámica, no han transcurrido sin una pelea por todas esas mujeres que en 20 años consiguieron sus derechos y libertades para trabajar, estudiar y simplemente existir sin la dependencia de un hombre de familia.
/ Mujeres protestan por sus derechos en Kabul el 24 de noviembre de 2022. /AFP
Por tanto, se ha hecho de conocimiento público del surgimiento de escuelas clandestinas que han continuado con la labor educativa de las mujeres afganas, particularmente las más jóvenes.
Además del trabajo de ONGs que han llamado al actuar de la comunidad internacional para la defensa de los derechos de las mujeres de Afganistán y que, en palabras de Amnistía Internacional, millones no sean abandonadas.
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