Si bien es mundialmente famosa por su mostaza y su vino, la ciudad medieval de Dijon tiene la reputación de ser el secreto mejor guardado de Francia. Hace unos cinco siglos, era la capital de la vasta región de Borgoña, gobernada por duques que la convirtieron en el centro de las artes y la arquitectura. Sus edificios históricos y bellas calles no sufrieron daños graves por los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial y están prácticamente intactos.
Debido a que los alrededores son una importante región de producción de vino, históricamente, Dijon ha sido el centro de los organismos reguladores para la producción de esta bebida (ahí se inventaron algunos sistemas de clasificación de vinos) y su centro histórico forma parte del Patrimonio Mundial de la UNESCO “Climats, terruños de Borgoña”.
La iglesia de Notre Dame es famosa tanto por su arte como por su arquitectura. Cuenta la leyenda popular que una de sus esculturas en relieve de piedra, un búho, es un amuleto de buena suerte, así que los visitantes lo tocan con la mano izquierda para pedir un deseo.
En este lugar de ensueño, está Vertigo Hotel, resultado de la atrevida y caprichosa unión de sofisticación clásica y diseño moderno, y miembro de Design Hotels, una fantástica colección dirigida a viajeros que buscan experiencias hoteleras inmejorables en términos de concepto, diseño y arquitectura.
Vertigo está ubicado en una propiedad de estilo Haussmann que data de la década de 1920. El arquitecto Yvon Carminati asumió el desafío de modernizar los interiores y, trabajando en estrecha colaboración con la diseñadora de interiores Ludivine De Brito, se aseguró de que se mantuviera la historia del edificio mientras se sometía a la extensa renovación. Al presentar piezas de diseñadores internacionales como Marcel Wanders, Didier Gomez, Pierre Paulin y Tom Dixon, De Brito inyectó a la propiedad arte contemporáneo para que coincida con la destreza general del diseño del hotel.
Situado en el corazón de Dijon, con vistas a la Place Darcy y la zona peatonal, Vertigo Hotel nos invita a descubrir la hermosa ciudad que ha conservado una variedad de estilos arquitectónicos de muchos de los principales periodos del último milenio –incluidos los de Capeto, gótico y el Renacimiento–, y gracias a esto, ofrece fascinantes escenarios.