San Miguel de Allende lleva el nombre del general Ignacio Allende, una figura prominente en la Guerra de Independencia de México. La rica historia de la ciudad se remonta a 1542, cuando desempeñó un papel importante como centro del comercio de la plata.
Fue designado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2008 por su autenticidad colonial e integridad cultural, y el excelente estado de su centro histórico. Con respeto y reverencia por la historia, la cultura y la creatividad de este sitio, Rosewood San Miguel adopta la filosofía A Sense of Place y refleja el encanto de la ciudad.
Una estancia llena de magia
Rodeados de cultura, historias y tradiciones, en el bello Rosewood nos salpicamos de magia con el colorido de los callejones empedrados de San Miguel de Allende, la arquitectura de sus casonas antiguas, museos y actores vestidos a la época que recrean los sucesos más significativos de antaño.
Famoso por su brunch el domingo, el restaurante 1826 del Rosewood se convirtió en el centro de todo el ajetreo y bullicio de la ciudad. Con un ambiente movido pero sutilmente elegante, se ha convertido el destino para amantes de la alta gastronomía.
Desde su apertura en 2011, Rosewood San Miguel de Allende ha sido reconocido como uno de los mejores hoteles en México y el mundo. Con reminiscencias de una gran hacienda, el diseño del hotel se inspiró en la rica historia y la auténtica arquitectura colonial de su ubicación.
Expresión artística de México
Rosewood San Miguel exhibe una extensa y animada colección de arte mexicano contemporáneo en sus áreas públicas. La colección consta de obras de destacados artistas activos en varias regiones de México, así como de algunos artistas expatriados que han hecho de San Miguel su segundo hogar.
Las pinturas de estos artistas reflejan el rico paisaje cultural y los colores vibrantes de México. La mayoría de los artistas representados en la colección han mostrado sus obras en museos de México y el extranjero. Combinados, su arte crea una expresión colectiva de México y una experiencia íntima del vocabulario visual único de cada artista.
Estas obras se basan en una compleja historia de la imaginería, desde las épocas prehispánica, colonial, escuela mexicana y posrevolucionaria hasta la vanguardia europea y norteamericana del siglo XX.
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