Cultura

Quema de libros: la expresión de la intolerancia en 1933

Por: Néstor Rivero Pérez · Diario Judío México 30 mayo 2021 • 4 minutos de lectura

El 10 de mayo de 1933 quedó marcado por la demostración de la intolerancia nazi, cuando quemaron decenas de libros "prohibidos" por el régimen del Tercer Reich.

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oficial en la quema de libros nazi
Oficial de la SS arroja un libro a la pira de libros no permitidos en la Opernplatz de Berlín un 10 de mayo de 1933. / Wikimedia Commons.

En la noche del 10 mayo de 1933 se procedió de modo simultáneo en la Plaza de la Ópera de Berlín y otras 21 ciudades de la Alemania nazi, a la incineración pública de más de 20 mil ejemplares de libros de autores cuyos nombres y obra habían sido declarados prohibidos por la dirigencia del Partido Nacionalsocialista, en el marco de la profundización del régimen totalitario y de ´pureza racial´ que encabezaba Adolfo Hitler.

Escritores perseguidos

Entre los literatos, artistas y científicos, vivos o desaparecidos, cuya obra se quiso hacer desaparecer de la conciencia germana se encontraban el premio Nobel de Física Albert Einstein, el dramaturgo Bertold Brecht, y los escritores Walter Benjamín, Rosa Luxemburgo, Karl Marx y Karl Liebknecht. Además, “André Gide, Romain Rolland, Henri Barbusse, Ernest Hemingway, Upton Sinclair, Jack London y John Dos Passos, así como los soviéticos Máximo Gorki, Vladimir Lenin, León Trotski y Vladímir Mayakovski”. Varios de ellos habían obtenido, o recibirían en años posteriores, el Premio Nobel de Literatura.

ejemplar recuperado de la quema de libros
Una copia de la novela de Stefan Zweig, Amok (1922), parcialmente quemada y recuperada de la quema de libros de los nazis. / Wikimedia Commons

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“Cadáveres vivientes”

Empero la condena no se redujo a la mera quema de la obra literaria de los execrados, sino que contempló también medidas como la expulsión de los tachados de cátedras, prohibición de empleo, destierros, internamiento en campos de concentración y emigraciones interiores, lo cual creó un cuadro que, en palabras de uno de los afectados, hacía de las víctimas verdaderos “cadáveres vivientes”. La desesperación indujo a varias celebridades literarias, como Stefan Sweig, Walter Benjamin y Ernst Toller, a quitarse la vida.

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Un estudiante y un oficial Nazi revisan los libros de la biblioteca del Dr. Magnus Hrischfeld, director del Instituto para la Ciencia Sexual (Institut für Sexualwissenschaft) en Berlin. / United States Holocaust Memorial Museum

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Significado de la quema

El bárbaro significado de aquella noche nazi se traducía en el absoluto desprecio y prohibición oficial de ideas distintas a las “oficiales”. Y ello tenía regía en el ámbito de las teorías científicas, materia religiosa, étnico-racial y en cualquier tipo de explicación que no respondiera en su detalle a la visión nazi del mundo. De allí que los fanatizados activistas del Partido Nacionalsocialistas, acompañasen las consignas más desmesuradas a la hora de justificar aquella atrocidad, viendo enemigos mortales en quienes postulaban valores contrarios al ideario consagrado en el libro Mi Lucha publicado por Hitler en 1925, y que constituyó sustento ideológico de tan abominable proyecto político. La brutal acción se emparentaba con la Noche de los Cuchillos Largos de 1934, en que se quitó la vida a decenas de opositores internos de Hitler, y la Noche de los Cristales Rotos de 1938, con la que se dio comienzo a la persecución y exterminio de judíos, gitanos, comunistas y otras minorías.

Berlin, Bücherverbrennung
Los libros secuestrados son amontonados en una camioneta y conducidos a la plaza de la Ópera de Berlín, foto del Archivo Federal de Alemania. / Archivo Federal de Alemania - Wikimedia Commons

Testimonio

Erich Kästner, cuyos libros se encontraban entre los que esa noche dieron calor a la pira, estuvo presente como una más de la multitud, en la Plaza de la Ópera en Berlín. He aquí su testimonio:

“en el año 1933 quemaron mis libros en la gran plaza al lado de la Ópera del Estado, por un tal señor –Joseph- Goebbels con pompa festivo fúnebre. Triunfante llamó por su nombre a veinticuatro escritores alemanes que debían ser simbólicamente obliterados (borrados) para siempre. Yo fui el único de los veinticuatro que se presentó en persona para asistir a este descaro teatral. Yo estaba delante de la universidad entre estudiantes en uniformes de las SA… ví como nuestros libros volaban en las temblorosas llamas y oí la empalagosa diatriba del pequeño granuja mentiroso. Un clima de funeral colgaba sobre la ciudad” (Wikipedia).

Kästner recuerda la sensación que experimentó cuando, tras haber alcanzado la consagración como escritor, de repente se encuentra que en los estantes de librerías ya no se ven ejemplares de sus obras que hasta hacía poco gozaron de alta demanda.

quema de libros nazi 1933
Foto de la quema de libros en Berlín. / Archivo Federal Alemán - Wikimedia Commons

Sinópticos

1889


Nació Armando Reverón

Este día nació en Caracas el más grande genio de la plástica venezolana del siglo XX y cuyas obras concitaron la admiración de pintores como Pablo Picasso. Desde los laberintos de su imaginación el propio Reverón comentó acerca de su proyección, remitiendo a que se preguntase a sus óleos:

No puedo saber lo que ahora dicen de mí (…) Debo ser como un cuadro.

En la compilación “Los laberintos de la luz” el crítico Juan Calzadilla al examinar con detenimiento la realidad interior del maestro del Castillete de Macuto, cita la iluminadora la relación de arte y psicopatología formulada por Feldman: “el estilo de vida que escogió Reverón a partir de 1920 refugiándose en… el Castillete, buscando aislamiento y rodeándose de muñecas, animales y creando una atmósfera teatral puede darnos… una forma personal de terapia que el pintor ideó para lograr un equilibrio en su salud mental”. Y ello le permitió concentrarse en sus experimentos en torno al color y la luz que resultaron en cuadros que hoy sorprenden por sus destellos de singularidad.
De acuerdo a Bernardo Monsanto, Reverón afirmaba con el “tacto la textura de materiales como papel, coleto, cables”. Para Reverón de acuerdo a reseña de Calzadilla, se trataba de seres vivos “trapos, papel, madera, lienzo”.

Las muñecas de Reverón han sido reconocidas por ser su muestra del rechazo del nacionalsocialismo y su ascenso al poder, y de acuerdo con Josefina Cornejo, de
burlar la persecución y sinrazón de la Alemania nazi.

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