Muchas historias y leyendas se cuentan en el viejo y actual Hollywood, entre ellas, se destaca la de Béla Lugosi, considerado como el primer gran Conde Drácula de la historia, de quien se cree, murió pensando que era un vampiro real.
En la historia de Lugosi, no hay cabida para brillos, ni ojos color miel como los elementos que lucen los vampiros de Crepúsculo que actores como Robert Pattinson popularizaron en los últimos años. La del Drácula del histrión húngaro, está marcada por el ascenso a la fama y su drástica caída en compañía de narcóticos.
Un poco de historia sobre Lugosi
Béla Ferenc Dezső Blaskó nació en 1882 en la ciudad de Lugos, Hungría (ahora Lugoj, Rumania). De ahí que cuando se convirtiera en actor de Hollywood tomara como nombre artístico: Béla Lugosi, en honor a su ciudad natal.
Cuando cumplió 12 años, Lugosi escapó de casa y comenzó a trabajar, sin embargo, lo que más llamó su atención fueron los pequeños papeles que conseguía en el teatro, por lo que estudió en la Academia de Artes Teatrales de Budapest y debutó en 1901.
Actuó en más de una película húngara, con el nombre de Arisztid Olt. Y luego de un tiempo, se enlistó en las fuerzas armadas austrohúngaras durante la Primera Guerra Mundial. Luego viajó a Alemania y por dos años trabajó en el cine, hasta que decidió perseguir el sueño americano.
Ya en Estados Unidos, debido a su poco manejo del idioma inglés, trabajó esporádicamente con papeles pequeños en cine y teatro, pero su gran oportunidad llegaría en 1927, al conseguir el papel principal en la producción de Broadway de la novela Drácula de Bram Stoker.
Tras el rotundo éxito de la obra, la producción se mantuvo durante tres años en cartelera y tuvo giras para llevar el terror de Drácula a otras latitudes. Hasta que al año siguiente el proyecto pasó a la pantalla grande, manteniendo a Lugosi como protagonista y catapultándolo sin escalas a la fama por su gran interpretación.
Béla Lugosi, el eterno Drácula
Desde que la película de Drácula se estrenó en 1931, Lugosi fue relacionado con el cine de terror, participando en más de una cinta del género, entre ellas, Frankenstein, Asesinatos en la calle Morgue, Zombi blanco, Isla de las almas perdidas, La marca del vampiro, El gato negro, El cuervo, entre otras.
El declive del actor empezó gracias al incremento de su dependencia a los narcóticos, incluso, se internó en un centro de rehabilitación por unos meses y se convirtió en el primer actor que reconocía sus adicciones públicamente, mostrando a los periódicos sus piernas con marcas de agujas, puesto que era adicto a la morfina.
Aunado a lo anterior, participó en películas de bajo presupuesto y su imagen decayó notablemente al igual que sus finanzas.
Con el fin de mantenerse en el foco público, el intérprete hizo algunas apariciones caracterizado como Drácula, por lo que las leyendas urbanas se comenzaron a entretejer, asegurando que Lugosi gustaba de dormir en un ataúd.
Amigos y fans, le envíaban cartas como si estuvieras dirigidas para el mismísimo Drácula, una situación que quizás acrecentó su idea sobre el personaje.
Los rumores indican que unos días antes de morir, Béla dijo lo siguiente: “Soy el conde Drácula, el rey de los vampiros, soy inmortal”. A ciencia cierta, no se ha comprobado que el actor lo haya dicho de manera explícita.
Falleció el 16 de agosto de 1956, luego de sufrir un infarto mientras dormía.
Un signo en particular que continuó el mito sobre su relación con Drácula, fue que su único hijo, le colocó la capa del disfraz del personaje para cumplir su última voluntad.
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