Georgia destaca por ser uno de los países más antiguos del mundo, pero lo que más llama la atención de este es que tiene una tradición ininterrumpida de viticultura y vinificación.
Se han descubierto pepitas de uva cultivadas que indican que Georgia ha hecho vino durante unos ocho mil años, lo cual lleva a los expertos a creer que allí se produjeron los primeros vinos del mundo. Incluso, “vino” puede derivar de la palabra georgiana “gvino”.
Kakheti, el corazón de las tierras vitivinícolas de Georgia, es la cuna mundial de este seductor elixir, por lo que se le considera un destino repleto de tradición e historia viva embotellada.
“El vino de este sitio tiene un sabor único, excelente, y se pueden olfatear y vislumbrar toques y destellos sin igual en el resto del mundo”.
En Georgia, hay más de 500 variedades de uva –una mayor diversidad que en cualquier otro lugar–, con alrededor de 40 que se utilizan en la producción comercial de vino.
Gracias a que se utiliza el método antiguo de pisar las uvas y fermentarlas en enormes vasijas bajo la tierra, el vino de este sitio tiene un sabor único, excelente, y se pueden olfatear y vislumbrar toques y destellos sin igual en el resto del mundo.
Un tesoro georgiano hecho en México
Esta tradición milenaria ha llegado a nuestro país gracias a Bodegas Domecq. Alberto Verdeja, el enólogo de la bodega, implementa este método ancestral, que consiste en el uso de vasijas, y lo vincula con una gran innovación y expertise. Los años de experiencia de la bodega y de Alberto hacen que hoy en día, el primer vino elaborado en vasija pueda salir a la luz.
Vasija está hecho con el secreto mejor guardado de Bodegas Domecq: la vinificación se realiza en unas vasijas de barro del siglo XVII, procedentes de La Mancha, durante ocho meses, seguido de 14 meses en barricas de roble francés.
Agregado a esto, la uva cabernet sauvignon proviene del viñedo de viñas viejas de 50 años ubicado justo enfrente de la bodega. El resultado es un vino único y elegante, una joya de México.
A la vista, este vino presenta una capa media, destacando un color rojo granate limpio y brillante. En nariz, nos regala una alta complejidad aromática, encontrando notas que evocan frutos rojos frescos y una interacción con delicadas notas florales; en un momento posterior, al oxigenarse, aparece un costado ligeramente cítrico que nos recuerda a lima y mandarina. La barrica y el barro hacen presencia con singular armonía. En boca, el primer contacto es una entrada suave, de tanino redondo y aterciopelado.
Vasija captura la fuerza del espíritu, la determinación y las cualidades únicas de un vino creado a partir del balance perfecto entre factores como el uso de las técnicas ancestrales de producción y su elaboración tradicional con las manos y el corazón.
De esta manera, siglos de historia convergen para crear una nueva forma de hacer vino en el Valle de Guadalupe, con una pequeña producción de solamente 900 botellas.
Nuestro país, cada vez más reconocido
México se ha convertido en una estrella creciente en el mundo del vino. Esto debido a que posee alrededor de seis mil hectáreas de viñedos, donde se cultivan numerosas variedades de uva, entre las que destacan cabernet sauvignon, chardonnay, chenin blanc, semillón, merlot, tempranillo, syrah y nebbiolo.
Los terrenos de cultivo en nuestro país se extienden por cuatro regiones, siendo las más importantes la región central, de donde surgen los famosos vinos de Aguascalientes, y la región de Baja California, capital mexicana del vino por sus condiciones climáticas privilegiadas, en la que brillan con luz propia los vinos del Valle de Guadalupe.
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