Existen películas que no están hechas para sus tiempos, y es que pueden resultar en un cine que puede estar adelantado a la era en la que son estrenadas, o que el momento de su salida simplemente fue completamente inoportuno, aunque existen casos excepcionales y sumamente extraños, y hemos vivido una de estas excepciones con Babylon de Damien Chazelle.
Abordando el proverbial “elefante en la habitación” (cuando veas la película, entenderás esa referencia), Babylon fue un fracaso total en taquilla, aunque no podemos culpar solamente la calidad de la cinta, ya que también hubo ciertas circunstancias que culminaron en el terrible desempeño de la nueva obra del director de La La Land, especialmente que su llegada a la pantalla fuera simultánea al estreno de Avatar 2: The Way of Water.
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Aunque el filme se empalmara con el regreso a Pandora de James Cameron, la crítica a Babylon ha sido mixta, algo sumamente notorio en páginas como Rotten Tomatoes, que tiene una calificación de 55% por la crítica y 50% de la audiencia.
La cinta nos lleva a la cúspide del cine mudo, durante los años 20 en Hollywood, donde podemos ver las excentricidades y decadencia dentro de la Fábrica de Sueños, aquí conocemos a nuestros protagonistas, Manny Torres, interpretado por el mexicano Diego Calva, Nellie LaRoy, papel de Margot Robbie, Sidney Palmer, que llega a la vida a manos del talentoso Jovan Adepo, y Jack Conrad, protagonizado por Brad Pitt, quienes vemos como se adaptan a los inevitables cambios en la pantalla grande.
Durante el transcurso de 3 horas con 9 minutos, vemos como cada uno de los personajes debe mantener su lucha tras haber alcanzado la cima, para evitar a toda costa una caída en picada tras la constante y apresurada evolución del cine a mediados del siglo XX.
Desde la premisa, Babylon suena a un excelente candidato a los Oscar, por lo menos en papel, pues desde la trama, que gira alrededor de la historia de Hollywood, pasando por la fotografía, que es visualmente impresionante, hasta el hecho de que el elenco desborda talento y renombre, algo no termina de cuajar con esta cinta de la joven promesa que nos trajo Whiplash, lo que genera bastante conflicto al momento de verla.
Lo bueno de Babylon
Babylon tiene momentos sumamente memorables, con un humor mucho más elaborado y orgánico en comparación de lo que Hollywood nos tiene acostumbrados, además de momentos de suspenso, e incluso acción.
El guión tiene muchas capas, que nos invitan a analizar los significados detrás de cada uno de los personajes y situaciones que nos muestran el glamour decadente de Hollywood en su máximo esplendor y sin censura, entre el sexo, las drogas y las caras falsas que se intercambian las celebridades y la élite aristócrata, mostrándonos un contraste ambiguo que permite muchas interpretaciones.
La película nos recuerda un poco a filmes que se enfocan en esta era crucial del cine, como la ganadora del Oscar, The Artist, aunque le da la vuelta con el carácter crudo y estética única por la que Chazelle se ha destacado, mientras vemos el declive de algunas estrellas de cine y atestiguamos el nacimiento de nuevas desde una perspectiva distinta.
Las actuaciones son impecables, como se debe esperar, especialmente la de Diego Calva, que brilla excepcionalmente ante el público mexicano, pues llena de expresiones en español las escenas que solo alguien que creció en la República Mexicana entenderá, además que delibera a su personaje de tal modo que llegas a amarlo y odiarlo al mismo tiempo, pues su actuación sobresale, incluso a lado de nombres grandes, como Brad Pitt o Margot Robbie.
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Una de las apariciones más peculiares es la de Tobey Maguire, que da vida a James McKay, un excéntrico mafioso que perturba y atrapa al espectador, en una de las mejores secuencias de la película.
Babylon no podría ser una película de Damien Chazelle sin una excelente fotografía, y es que cada cuadro nos regala una estética sumamente cuidada, que se apoya en la iluminación para comunicar más allá de los diálogos, como lo hemos visto en Whiplash y La La Land, sumado a la música que nos acompaña en toda la cinta, que es impecable.
¿De qué trata ‘Babylon’?
Babylon se sitúa en Hollywood durante la década de 1920, aquí conocemos a Manny, un inmigrante de México que destaca por encontrarle solución a cualquier problema que se le pone enfrente, quién es parte del equipo de seguridad de un hombre muy rico y durante una fiesta repleta de estrellas de cine conoce a Nellie LaRoy, quién sueña con ser actriz.
El camino de ambos se cruza con los sets de la Fábrica de sueños y comienzan a crecer, a lado de uno de los más grandes artistas del momento, Jack Conrad, quién busca darle nuevos aires a su carrera, en busca de constante innovación.
Conforme pasa el tiempo, el renombre de Manny y Nellie comienza a incrementar, lo que conlleva una serie de enredos relacionados con la vida de glamour y excesos de Hollywood, mientras que Jack busca la forma de salvar su carrera, que va en picada.
Lo malo de Babylon
Aunque parece una receta perfecta para ser un nuevo clásico del cine, Babylon flaquea en muchos aspectos, empezando por la duración, y es que es innecesariamente larga; sabemos que algunos de los grandes clásicos destacan por su larga duración, como El Padrino, parte 2, Apocalypse Now, Buenos Muchachos, El Resplandor o Lawrence de Arabia, sin embargo, la cinta de Damien Chazelle llega a tener momentos innecesariamente largos y escenas que simplemente pudieron ser omitidas, lastimando el ritmo del filme severamente.
Éste es el factor que lastima más la película, sin embargo, existen otros puntos que tampoco ayudan.
El desarrollo de personajes es escaso, por no decir nulo, con excepción de Manny Torres, quien va evolucionando en el transcurso de la obra, el resto del elenco se mantiene estancado durante toda la cinta, sin atisbo de cambio alguno, lo que evita que generes empatía hacia alguno de ellos.
Otro punto negativo es que la película se llega a sentir sobresaturada y con mucho relleno, y logra hacer algunas de las secuencias incluso un poco asfixiantes, además que se puede llegar a sentir confusa y enmarañada a ratos, lo es excesivo en general.
En conclusión, Babylon es un estreno que debes ver, pues es tan mixta que a ratos fracasa tanto como brilla en otros, tal vez es la película adecuada en la época incorrecta, o tal vez es el Ciudadano Kane de nuestra generación, pero tal vez puede ser simplemente un filme terriblemente mal ejecutado que se cuelga de los éxitos anteriores de su aclamado director o quizá estamos ya demasiado acostumbrados a nuestros Vengadores y Avatares, que ya no podemos ver cine real, solo el tiempo lo dirá.
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