Llamada “duque de Edimburgo”, el 10 de junio de 2021, la reina Isabel II, recibió una nueva rosa por parte de la Royal Horticultural Society (RHS) como regalo y tributo a su fallecido esposo, el príncipe Felipe, quien habría cumplido 100 años este día.
El regalo fue otorgado por Keith Weed, el presidente de la RHS en el castillo de Windsor y esta peculiar flor fue plantada por Philip Carter, el jardinero principal de Windsor, de acuerdo con los reportes, Weed declaró que la rosa duque de Edimburgo “es una forma de recordar todas las cosas maravillosas que [el príncipe Felipe] hizo durante su vida”.
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Esta flor fue desarrollada por Harkness Roses, que cultiva rosas desde 1879 y que destaca por su color rosado intenso con finas líneas blancas, pero por sobre todo porque las flores crecen en racimos de tallos largos que pueden alcanzar los 70 centímetros y porque es una flor doble, es decir, tiene más pétalos que una flor común, y una fragancia delicada.
De tal forma, la rosa duque de Edimburgo estará plantada en los jardines de Windsor, en particular en el East Terrace Garden, que puede apreciarse desde las habitaciones privadas del castillo y que en su momento fue rediseñado con la ayuda del príncipe Felipe.
Harkness Roses también anunció que por cada rosa de este tipo que vendan, donarán 2.50 libras esterlinas (aproximadamente 70 pesos mexicanos) al The Duke of Edinburgh’s Award Living Legacy Fund, una caridad creada para ayudar a los jóvenes del Reino Unido.
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Actualmente la rosa duque de Edimburgo se encuentra a la venta a través del sitio de Harkenss Roses, y dependiendo de su presentación (en maceta, en ramo, envuelta para regalo, etcétera) su precio oscila entre las 12.99 y 70 libras esterlinas, es decir entre 367 pesos y 1952 pesos mexicanos.
La reina describió esta flor como “preciosa” y agradeció el gesto del tributo describiendolo como muy amable, aunque de momento, este nuevo regalo para la reina y homenaje para el fallecido príncipe Felipe no florecerá aún, dado que el clima frío en mayo y junio no ha sido óptimo para que las flores de los jardines de Windsor floreen.
Este emotivo momento, en el que la reina fue capturada con una sonrisa en el rostro ocurre después de unos meses difíciles, en el que además de la muerte de Felipe a causa de una afección cardiaca, también se enfrentó al fallecimiento de uno de sus cachorros más recientes y que había sido regalo de su hijo Andrés, en un intento de mejorar su ánimo tras el fallecimiento del príncipe Felipe.
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