Descalzo, con tazas de café y delicioso pan del restaurante Lardo nos recibe Cocolvú, un extrovertido diseñador, ilustrador y artista plástico amante del color, quien nos abre las puertas de su casa y estudio en la colonia Condesa de la Ciudad de México.
Llegamos luego de subir dos pisos y lo primero que nos pide es que, igual que él, nos quitemos los zapatos.
“Esta es la sala principal; tengo muchas pinturas de mi hermana (la artista Lola Argemí) y otras piezas mías”, menciona con orgullo este capitalino, que tiene la pasión por el arte desde pequeño, gracias a su madre, quien también es pintora.
Nos movemos a su estudio, el cual parece inmaculado debido a las grandes ventanas que no dejan que ningún rayo de sol se quede fuera.
“Tengo una escultura de una amiga que conocí durante mi estancia en Barcelona, botellas de Tequila Mandala que pinté y el disco que diseñé para Alfonso André (de Caifanes); hace poco, compré un mueble enorme en el que pude organizar los bocetos de todo lo que he hecho”, añade, y confiesa que “estaría de huevos” poder exponer todos esos sketches en un futuro.
Esa cajonera, que cuida celosamente algunas de sus piezas, convive con su computadora y antigüedades que el artista interviene, de las cuales quizá la más peculiar es un refrigerador desconectado que usa como almacén de papeles, pinceles y pinturas.
Afortunadamente, su labor ha sido una gran excusa para pasear por Japón, Estados Unidos, España y recientemente Berlín, donde expuso su colaboración con Tequila Patrón, marca que le encargó una serie inspirada en la tradición mexicana del Día de Muertos.
Revlon, Vasconia, Chocolate Abuelita, Nike, 7 Up, 400 Conejos y muchas otras empresas han encontrado en él un aliado para darle vida a tazas, tenis, empaques y demás artículos. Es claro que su trabajo se va posicionando poco a poco y cada vez es más fácil identificar su estilo colmado de colores, que saca una mueca de asombro en cualquiera.
En tu revista Central de diciembre-enero podrás encontrar el artículo completo sobre Cocolvú.