Por: Nury Novelo
Nadie lo sabe, de hecho ni un solo día de mi vida, mi gente cercana me ha dicho Edith”, nos cuenta Twiggy tan pronto llegamos a su casa. Resulta que siempre fue tan delgada que su familia la nombraba Twiggy, como la modelo de los 60, y así un apodo de cariño sustituyó su nombre.
Twiggy es una mujer simple: bailarina por años, yogui y mamá. “Así me definiría: muy mamá. Completamente abocada a acompañar a mis hijos, a estar con ellos y vivir sus cosas de la mano”. Lleva 17 años con su actual pareja, un físico matemático a quien considera su mejor complemento, a pesar de tener intereses distintos.
Su más grande pasión es el yoga. Empezó a meditar desde muy pequeña; incluso en algún momento de su vida pensó en ser monja. Es muy sensible, siempre atenta a la parte viva y espiritual de las cosas. “Procuro mirar lo que la gente no ve. Ese latir, ese palpitar de cada ser humano”.
Su primer acercamiento con el yoga fue hace más de 20 años en Nueva York. Lygia Lima, una profesora famosa, fue su inspiración y quien la guió desde el principio. Su relación transcendió de tal forma que hoy por hoy ya no sólo es su maestra, sino su mejor compañera de trabajo. Juntas han creado un gran equipo: imparten cursos, clases y retiros para todo aquel que busca entrar en contacto con su yo interior.
Después de conocer su vida, entendemos el porqué de la armonía de su hogar. Cada espacio refleja el equilibrio del que tanto nos habla. “Desde que compré mi casa supe que quería dedicarle un espacio grande a mi estudio de yoga”. Se trata de un lugar amplio, lleno de luz y con buena vibra; sin duda el sitio favorito y con mayor significado para Twiggy.
“El yoga es un estilo de vida: se trata de vivir en el presente, saber qué sientes y por qué lo estás sintiendo. Debemos vivir atentos”.
SU OBSESIÓN: LOS CORAZONES
Éstos son sólo algunos de los corazones de la infinita colección de Twiggy. Cada uno de ellos representa los siete centros principales de los chakras y una zona específica de nuestro cuerpo. Deben siempre seguir el mismo orden empezando por la columna y acabando en la parte más alta de la cabeza. El color es importante, cada uno tiene una trascendencia distinta.
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