Por Beniamin Chalupinski
Santa María la Ribera es una de las colonias más tradicionales y más antiguas de la Ciudad de México, la cual recientemente se está convirtiendo en un nuevo hot spot de la capital, se trata de una joya desde un punto de vista arquitectónico con su kiosco morisco y sus casonas viejas, un lugar ideal para pasear y, por supuesto, para comer.
En el corazón de la colonia se encuentra el restaurante María Ciento 38, en una casona del siglo XIX cuya ambientación acompaña, sublimemente, la gran aventura gastronómica a través de los sabores de Sicilia a la cual nos quiere invitar el local de Cristina Cialona.
Sicilia, la tierra natal de Cristina, es un destino culinario por excelencia, con una de las cocinas regionales de Italia más variadas, con una historia muy compleja que ha dejado huellas de varios amos: griegos, púnicos, romanos, bizantinos, normandos, árabes, franceses, españoles; todo eso se refleja en carácter de su gente, en sus tradiciones, costumbres, idioma y naturalmente en su gastronomía.
Podríamos sintetizarlo en una concepción, una sola palabra la ‘sicilianidad’, o como lo definió el escritor Leonardo Sciascia, ‘sicilitud’, la característica identitaria única, ese amor propio de los sicilianos que resulta en la certidumbre que la comida de Sicilia sea sin igual, la mejor del mundo.
El orgullo de ser siciliano, el fuerte apego a las tradiciones culinarias las cuales la familia de Cristina Cialona preserva desde generaciones, todo eso hace que es un privilegio poder explorar la gastronomía de Sicilia a través de las recetas típicas, caseras que proyectan esa complejidad histórica de la isla más grande del Mediterráneo.
Debo confesar que, habiendo tenido muchas experiencias decepcionantes en el pasado, habitualmente soy escéptico en cuanto a los restaurantes italianos ubicados fuera de Italia, sin embargo, María Ciento 38 me demostró que mi incredulidad gastronómica (alegóricamente comparable a la de santo Tomás), no tuvo bases empíricas.
Aquí estoy, probando platillos auténticos, rústicos, pero al mismo tiempo sofisticados que me hacen pensar en los banquetes descritos en el libro del autor siciliano Giuseppe Tomasi di Lampedusa El gatopardo.
Mis ojos brillan con alegría al ver una caponata perfecta, me siento un poco como el protagonista de las famosas novelas de Andrea Camilleri, el comisario Montalbano, degustando uno de sus platillos preferidos que resulta ser también mi favorito.
La caponata es una de estas recetas que te transportan directamente a Sicilia, se trata de una preparación de sabor agridulce basada en berenjenas, cebolla, apio, aceitunas y alcaparras, una manera idónea para empezar, sobre todo cuando viene acompañada de un buen pan.
Otra creación, que me confirma que María Ciento 38 trata su compromiso en ofrecer la auténtica comida siciliana seriamente, es pasta con le sarde. Es una pasta siciliana por antonomasia, Sicilia en un plato se podría decir, un eco del pasado que se remonta en la época de la dominación árabe en la isla por su combinación de ingredientes, uvas pasas y piñones que se unen con sardinas, pasta e hinojo.
En la categoría de las pastas se encuentran varias creaciones que un epicúreo devoto como yo no puede y no debe saltar: lasagne alle melenzane lasaña con berenjenas, en salsa de jitomate, con parmesano y albahaca; spaghetti siciliano con almendras, albahaca, jitomate, parmesano y pecorino – se trata de una interpretación de María Ciento 38 del famosísimo pesto alla trapanese.
Sería un pecado, o mejor dicho un delito, no probar las pizzas, especialmente sfincione la nota pizza siciliana que combina anchoas, jitomate, provola affumicata e hongos.
Continúo mi aventura culinaria con otros clásicos de la culinaria sícula como polpette con le sarde, albóndigas de sardinas con piñones y pecorino, bañadas con salsa de jitomate, o salsiccia siciliana, salchicha hecha en casa, aromatizada de naranja y vino blanco, servida con papas al romero.
En materia de los postres me encuentro enfrente de uno de los dulces más emblemáticos, la quintaesencia de la pastelería siciliana, los célebres cannoli rellenos de ricotta, una sorpresa agradable poderlos “atrapar” en México y sobre todo tan buenos.
María Ciento 38, con sus tres años de presencia en la escena restaurantera capitolina, ha logrado conquistar a los comensales ofreciendo una experiencia inolvidable, se trata de un local que vale la pena, más patentemente, visitar.
María Ciento 38Santa María La Ribera 138, Santa María la Ribera, CDMX
Facebook: María Ciento38
Instagram: @mariaciento38