El ser humano tardó siglos en tomar conciencia del daño que puede causar al ecosistema, dejando un terrible deterioro permanente, tanto en el planeta, como en sus seres vivos, al grado de acabar con algunas especies de animales por superstición, fama o fortuna, es así como se redujo la población total de rinocerontes, de medio millón en África hace 100 años, a 27 mil en la actualidad, de los cuales, solo quedan dos rinocerontes blancos del norte.
En números reales, esta fue una reducción del 95%, y casi todos los rinocerontes sobrevivientes se encuentran repartidos en diferentes reservas, incluyendo Ol Pejeta Conservancy en Kenia, hogar de los antes mencionados blancos del norte, hembras llamadas Najin, de 34 años, y su hija Fatu, de 23, quienes llegaron a este paraíso natural en 2009 desde un zoológico de República Checa, a lado de los machos, Sudán y Suni.
Esta especie fue víctima de una extensa caza furtiva, especialmente por sus codiciados cuernos, que son un ingrediente esencial en la medicina asiática, logrando que estos estén fundamentalmente extintos, pues incluso Sudán y Suni perdieron la vida con el paso del tiempo, dejando por un largo periodo la idea de que el hecho de preservar la especie sería imposible.
Dentro de la reserva de Ol Pejeta, Najin y Fatu permanecen protegidas las 24 horas del día, durante 7 días a la semana, con escolta armada, tanto humana como canina, con el fin de evitar un ataque de cazadores furtivos, quienes hacen lo posible por obtener sus codiciadas presas, incluso dentro de este territorio.
La idea de la inminente extinción de esta especie de rinoceronte ha sido borrada gracias a un destello de esperanza, y es que, a inicios de febrero de 2024, científicos han logrado realizar fertilización in vitro en una hembra rinoceronte blanca del sur, especie hermana de la blanca del norte, por lo que la posibilidad de salvar la especie es muy alta.
De este modo, esperma obtenido de los últimos machos antes de la muerte de Suni y Sudán, y mantenido en conservación, además de óvulos de Fatu, con el fin de lograr rescatar esta especie de desaparecer de la Tierra.
Las últimas dos rinocerontes blancas del norte en el mundo, Fatu y Najin, cuentan con un hábitat de 700 acres, y permanecen bajo protección permanente dentro de las instalaciones de Ol Pejeta, donde también son protegidas otros 165 rinocerontes negros y 52 blancos del sur, contados entre las aproximadamente 100 especies de mamíferos y otras 500 de aves que residen aquí.
Este paraíso natural en Kenia puede ser visitado por cualquier persona, quienes podrán atestiguar de primera mano la presencia de Najin y Fatu, quienes además son bastante amigables con los humanos, pues están acostumbradas a su presencia, así que es común que asomen sus cabezas por las ventanas de los jeeps que recorren su territorio para saludar a sus invitados.
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