Los vibradores actualmente están relacionados con el placer y la sexualidad, una forma sencilla para darse amor propio y alcanzar orgasmos inimaginables, en particular en el caso de las mujeres. Sin embargo, la historia de los vibradores explica que estos surgieron y empezaron a popularizarse en un contexto de tratamiento médico y para la salud de las mujeres.
Claro que no podemos negar que los vibradores por muchos siglos han sido un tema tabú, al igual que la masturbación femenina lo ha sido, sin embargo, el estigma alrededor del placer femenino se ha ido disminuyendo y cada vez el conocimiento y las herramientas son más accesibles.
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Un breve repaso de la historia de los vibradores
En un principio, los vibradores con baterías surgieron hacia 1880 –aunque el primer vibrador de la historia se le atribuye a Cleopatra con un dispositivo que llevaba abejas en su interior–, en aquel entonces su uso y prescripción se utilizaba como un masaje antiestrés, pero sobretodo para curar la histeria femenina, un padecimiento irreal que hasta hace medio siglo oficialmente fue desestimado como una enfermedad.
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Los vibradores y sus beneficios para la salud
Aunque la histeria femenina no fuera un padecimiento verdadero, lo cierto es que pensar en los vibradores y el placer sexual como un beneficio para la salud no estaba tan lejano de la realidad.
De tal forma, en la actualidad la ciencia ha vinculado el uso de vibradores como tratamiento para mejorar la fortaleza del suelo pélvico, problemas de incontinencia, o la vulvodinia (que son dolores y picazón severas en la vulva).
Estos son algunos de los beneficios del uso de vibradores que fueron hallados y publicados en The Journal of Urology, donde sus autoras cuestionan si es necesario empezar a prescribir vibradores.
Por otro lado, el uso de vibradores generalmente va vinculado con los efectos psicológicos del disfrute de la sexualidad femenina, y claro está de los orgasmos, los cuales han estado relacionados con la mejora del estado de ánimo debido a la liberación de endorfinas, dopamina y oxitocina, que a su vez pueden ser útiles para la la relajación y la liberación de estrés. Incluso se han relacionado con la mejoría del sistema inmune.
La anatomía del clítoris, el único órgano humano diseñado para el placer, se conoció hasta 1998.
Sin embargo, lo cierto es que detrás de la sexualidad femenina aún queda mucho por descubrir, simplemente porque no ha sido estudiado. Por ejemplo, la anatomía completa del clítoris no se conoció hasta 1998, cuando Helen O’Connell le demostró al mundo que el clítoris era más que un “pequeño botón” en las vulvas del mundo.
Esto no quiere decir que hay que darse por vencidos y creer que el estudio y el conocimiento sobre la sexualidad femenina y en particular el placer son una causa perdida, al contrario, quizás esta sea la época en la que la ciencia deje atrás la vergüenza y “las buenas costumbres” y comience a investigarse todo lo que hay detrás del placer femenino… y quien sabe, quizás pronto un vibrador como tratamiento médico sea tan común y poco estigmatizado como una pastilla para el dolor de cabeza.
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