La infidelidad es una dolencia social presente desde hace siglos... o al menos desde que descubrimos que mentir, romper acuerdos, engañar y todas esas cosas tienen un nombre dado por la sociedad y sus disciplinas de estudio: infidelidad. Y ya que estamos entrados en los constructos sociales; ¿quiénes son más infieles, hombres o mujeres?
La pregunta es una de las búsquedas con más números en las plataformas digitales, especialmente Google. Pareciera que, además de todas las cosas por cargar impuestas por la sociedad (y con esto nos referimos únicamente a cierto grupo de la sociedad), también nos enzarzamos en una absurda competencia... ¿la finalidad? Nadie la sabe, sólo somos conscientes de que, si uno de los dos gana, el otro podrá sentirse aliviado o mejor con su género... Nada más alejado de la comprensión profunda de por qué se efectúa la infidelidad, de dónde viene, qué la motiva...
En entrevista exclusiva con el Mtro. Abner León Arriaga, psicólogo y psicoanalista, nos habló de esta enredadera de culpa, motivación y lucha de géneros... Quién si no un experto en el inconsciente para revelar los motivos que tenemos para ser infieles.
¿Quiénes son más infieles, hombres o mujeres?
La pregunta fue directa, con su cierta base, y esa base con su cierto sesgo: Según las estadísticas, los hombres tienen un índice mayor de infidelidad... ¿Cómo podemos tomar esa información?
La respuesta, al tratarse de una pregunta que puede abordarse desde distintas perspectivas, dio para una interesante reflexión sobre los sesgos, los enfoques, las disciplinas y las barreras que ha puesto la sociedad en aras del orden y de la creación de la civilización:
"La infidelidad no podríamos decir que es un fenómeno homogéneo u homologado. No responde a una sola causa ni se podría universalizar un único modelo psicológico para explicarlo. En el psicoanálisis, más que pensar en una pregunta generalizada y bipolar: “¿Quiénes son más infieles, los hombres o las mujeres?”, nos ocupamos en pensar y reflexionar sobre las modalidades en las que surge el deseo que nos lleva a la infidelidad".
Parece una respuesta vaga y evasiva, pero por suerte lo tenemos enfrente para que nos explique...
“La infidelidad no es una práctica de género, responde siempre a un principio particular”.
"Un reconocido psicoanalista llamado Massimo Recalcati (1959), retoma las bases principales del psicoanálisis lacaniano, es decir, que 'el ser humano se constituye en la falta, y que el deseo surge precisamente ahí donde algo se vuelve imposible de colmar'.
Y a partir de esta idea, Recalcati explica que la infidelidad aparece, muchas veces, como un intento fallido de llenar esa falta en el ser, esa falta que nos constituye como seres deseantes de una historia que nos es singular. No es un acto moralmente justificado la infidelidad, pero sí revela una verdad que nos puede encaminar a la reflexión. Cuando el deseo se torna mudo en una relación, busca otra escena para hacerse escuchar, es decir, se redirige hacia el 'Otro'.
La subjetividad amorosa (o del amor) tiene zonas opacas donde buscamos ser mirados de nuevo. No necesariamente buscamos otro cuerpo, sino otro rostro que nos devuelva una imagen, una representación en realidad más viva de nuestra propia falta, de aquello que nos es imposible articular en la relación presente".
Entendemos, entonces, que el deseo es también un personaje protagonista en cualquier relación, y no sólo en una relación, sino en la vida. Porque el deseo es un motor, por eso su falta nos lleva a un estado de inmovilidad. El Mtro. León nos dijo también que el deseo es insistencia, no para hasta que consigue que actuemos para satisfacerlo. Cuando el deseo navega en la falta, esa falta se convierte en un vacío que a su vez se vuelve una plataforma de posibilidades; una de ellas, la infidelidad.
“No hay una causa definitiva para la infidelidad, es una cuestión que se sujeta al deseo”.
¿Por qué somos infieles?
El Mtro. León nos da un ejemplo más para ayudarnos a comprender que la infidelidad no es una competencia de género:
"Anne Dufourmantelle, otra referente del psicoanálisis, toma el fenómeno de la infidelidad como un intento de escapar del riesgo que implica amar de verdad. Porque amar siempre requiere cierto grado de exposición.
En cuanto a lo fisiológico y social, claramente hay diferencias. Hay un uso instrumental de las ideas y la tradición que va formando nuestras prácticas; desde la comunicación, el pensamiento, el saber y la acción. Cada género recibe estos 'instrumentos' de forma distinta junto con el contexto al que hombres o mujeres se sujetan desde la infancia.
En lo profundo, hombres y mujeres o cualquier otra articulación de la sexualidad pueden ser infieles: por miedo, por deseo, por un duelo no elaborado, por cansancio, por la fantasía de empezar de cero o por la ilusión de que el otro nos dará una versión mejor de nosotros".
“El amor nace en la posibilidad del equívoco”.
No se trata, pues, de mirar hacia afuera, sino hacia adentro, es el deseo y su hogar, el inconsciente, el que dicta todo...
Suscríbete aquí a nuestro Newsletter para que estés al día con nuestros contenidos.