La temperatura y la excitación se incrementan, es el punto clave que indica que un encuentro sexual se aproxima, en el momento la atención se centra mayormente en el clítoris, sin embargo, existen otras zonas erógenas que también se pueden estimular y que dan igual o mayor placer en conjunto.
Son zonas que pueden pasar desapercibidas, pero… ¡Hay muchas otras partes del cuerpo involucradas en el sexo! Pueden haber algunos puntos excitantes sin explotar que se han perdido.
¿Qué es una zona erógena?
La palabra “erógeno” proviene de las palabras griegas eros, amor y genous, producir.
Una zona erógena puede ser cualquier área del cuerpo donde se puede producir excitación sexual cuando es estimulada gracias a las terminaciones nerviosas y receptores.
Estos puntos varían según la persona: lo que puede gustarle a una persona, puede ser desagradable para otra, por tal motivo, la comunicación es clave cuando de subir la temperatura se trata.
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Las zonas erógenas más allá del clítoris
Las zonas erógenas se pueden dividir en zonas genitales y extragenitales.
Las zonas erógenas genitales para las personas con vulva son el punto G y la misma vulva, donde se incluyen: el clítoris, la abertura vaginal y los labios vaginales externos e internos.
Con la estimulación de estas zonas por medio de la masturbación (ya sea con los dedos o con juguetes sexuales) a menudo provoca excitación sexual y en adición, un aumento del flujo sanguíneo y la sensibilidad nerviosa.
Lo anterior, es una tarea “fácil y sencilla”, según información de Medical News Today estas son las otras zonas del cuerpo que provocan una respuesta sexual, fuera del área de la vulva y que pueden ser altamente placenteras para tu pareja:
Los pezones, la boca y los labios, la nuca, las pompas, los muslos internos, la parte inferior del abdomen, el interior de la muñeca, el cuero cabelludo, detrás de las rodillas, el perineo (espacio entre el ano y la vagina), el área alrededor y en el ano, los dedos de los pies, así como la parte superior e inferior de la espalda.
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