El espíritu navideño está en todas partes. Tenemos la impresión de que cada año se adelantan los festejos en torno a esta época de amor y paz, siendo una muestra clara de la necesidad que tenemos los adultos de prolongar la ilusión infantil que ronda por las calles, se siente en las casas e invade nuestros sueños para cerrar un ciclo, y a la vez, dar inicio a uno nuevo, lleno de ilusión y esperanza.
Esto nos lleva a pensar en las obras de los artistas modernos, donde se ha podido apreciar que muchos regresan a su infancia, como una eterna Navidad en donde Santa Claus si existe, pero desafortunadamente muchas veces esas obras carecen de franca espontaneidad. Lo vemos en las obras de Andy Warhol en donde “…las ilustraciones que Warhol hizo en la década de 1950 provienen de una franqueza infantil”, usando las vivencias y/o carencias que lo marcaron en su niñez, pero no siempre se siente el lado infantil en ellas.
La pregunta sería, ¿podemos como adultos, de alguna manera, mantener esa franqueza, imaginación y espontaneidad infantil? Dicho en otras palabras, ¿podremos sacar el artista moderno que llevamos dentro?
Es por ello que te proponemos, como propósito de año nuevo, iniciar un diario artístico en donde plasmes cada día, durante 365 días, un dibujo al estilo infantil como lo intentaron los artistas modernos. Invita a tus familiares y amistades a hacer lo mismo, regalándoles un cuaderno y un lápiz para que dejen volar su imaginación, y recuerden que cada día debe iniciar con un pensamiento infantil. Seguramente los resultados serán sorprendentes.
Aunque aún falten días para despedirnos del 2023, y darle la bienvenida al nuevo año, aprovechemos estos momentos de reflexión para también darle la bienvenida a nuestro lado infantil, que como Warhol, nos transmite Blake Gopnik en la biografía Warhol, la vida como arte.
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