Beefbar es el abanderado gastronómico del hotel Camino Real. Su chef ejecutivo, Alfredo Reyeros, lleva años renovando una carta que combina técnicas perfectas y la mejor materia prima.
Aunque el punto fuerte de este restaurante son las carnes, no puedes perderte su oferta seafood, pues los mariscos y las preparaciones en crudo –como los ceviches y tiraditos– son una delicia declarada.
A esto se suma una soberbia carta de vinos del mundo con la que Alfredo juega a crear maridajes insólitos, tal como hizo con algunos vinos de Grandes Pagos de España, en esta ocasión importados por D’Otto Selección.
Los grandes pagos de todo el mundo, por cierto, cada vez están más presentes en México gracias al rápido y creciente gusto por los vinos de calidad, singulares y con personalidad única.
Un menú que no te puedes perder
El telón se levanta con un tiradito de hamachi en salsa ponzu servido con un blanco delicado del Priorat, Mumuri, una rara avis de la región. Sigue una lámina de jamón deshidratado con manzanilla en rama de Valdespino, una explosión de mar y tostados en boca.
Después viene la tártara de res atrevidamente acompañada de un amontillado de la misma bodega, que se llevó los aplausos más fuertes. La miniburguer de Kobe y trufa se marida con un aterciopelado e intenso syrah de Vallegarcía, y el perfecto pavé de New York con un tempranillo de Valenciso goloso, delicado y depurado.
Para un final feliz, hubo un poco de queso azul con moscatel de Enrique Mendoza, quizás el moscatel más reconocido en España. Esfera de cheesecake y fin de la obra.
Se trata de un extraordinario menú que, por fortuna, puedes repetir reservándolo previamente.
Los responsables de vinos excepcionales
En la actualidad, Grandes Pagos de España cuenta con 35 bodegas que poseen altas puntuaciones en guías nacionales e internacionales, así como una notoriedad demostrable de al menos cinco años de prestigio en el mercado.
Esas prestigiosas bodegas de todo el país tienen una máxima común: elaborar vinos excelentes en armonía con el suelo, la naturaleza y el clima de cada viñedo. Además, siempre están en busca de nuevos métodos invirtiendo en I+D (investigación y desarrollo), para mejorar las técnicas de producción y acercar al consumidor vinos que alcanzan la excelencia.
Muchas de las fincas de Grandes Pagos de España se encuentran en zonas naturales especialmente protegidas, lo cual exige un profundo respeto por el entorno, ya que hay una fuerte apuesta por la sostenibilidad.
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