El ritual ocurrió en San Pedro Huamelula, un poblado en Oaxaca, en el que un caimán llamado princesita, aunque otros indican que su nombres “Alicia Rubí” fue ataviado con un vestido de novia, su hocico amarrado y hasta fue bautizado en la iglesia de San Pedro Apostol antes de contraer matrimonio con el alcalde de la región, Victor Hugo Sosa. En medio de una gran celebración y baile.
El de este alcalde no es el primer caso, pues existe registro de casamientos anteriores en esta misma localidad como el de Virgilio Fuentes, quien fuera alcalde en 2019, y que a través del ritual le pedía a Dios unidad, fuerza de vida, germinación de la semilla, alimento y ríos con agua y comida.
Este matrimonio supone ser un ritual milenario en la zona y parte de sus tradiciones, en particular porque según los reportes se cree que el reptil es una deidad que representa a la madre tierra. Contraer matrimonio no sólo es la unión de los humanos con esta divinidad, sino que consiste en un ritual para pedir suficiente lluvia, comida y peces en el río para subsistir, así lo declaró el alcalde:
Pedimos a la naturaleza que llueva lo suficiente, que haya comida, que tengamos peces en el río.
🇲🇽🐊 Un alcalde mexicano se casa con un caimán como parte de un antiguo ritual
— Franco Fuentes 🇸🇻 (@franfuentessv) July 5, 2022
Víctor Hugo Sosa, alcalde de San Pedro Huamelula (Oaxaca, México) se casó con una hembra de caimán en una antigua tradición para pedir la abundancia a la naturaleza. pic.twitter.com/9ooBDPtjet
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Aunque algunos reportes como el de Reuters han indicado que se trata de un ritual prehispánico de las comunidades chontal o huave de la región, lo cierto es que de ser cierto, tuvo que haber sobrevivido al paso del tiempo y fusionarse con la influencia de la Iglesia Católica para culminar en un casamiento que involucra hasta un bautizo.
Otros reportajes hacen referencia a que más bien se trata de una tradición de cerca de 230 años, lo cual la sitúa precisamente en el periodo colonial de la Nueva España… al tiempo que la figura del caimán, o más bien, el cocodrilo en el mundo prehispánico sí tenía un significado especial.
Símbolismo de los cocodrilos en las culturas mesoamericanas
Una investigación relacionada con el Proyecto Templo Mayor descubrió el simbolismo de los cocodrilos y las culturas prehispánicas. En un comunicado del INAH se explica que por ejemplo los nahuas los asociaban con la fertilidad, la lluvia, el rayo y el agua.
Su importancia era tal que las pieles de los reptiles eran utilizadas para representar a algunas deidades, como Tláloc, y en la ofrenda en el Templo Mayor se han encontrado varios ejemplares tanto de pieles como de animales que se cree que llegaron a Tenochtitlán vivos. La arqueóloga Erika Robles Cortés sospecha que los animales fueron llevados desde otras regiones hasta el Templo Mayor –como se ha comprobado para otros objetos que son endémicos de otras regiones de México–, y en el caso de animales de mayor envergadura, sólo cargaron con sus pieles pues los trayectos eran realizados a pie desde las costas del Golfo de México y el Pacífico.
Ahora bien, en el caso de las ofrendas en el Templo Mayor, sólo se han hablado de reptiles como cocodrilos, tortugas o serpientes, por lo que resulta difícil saber si había alguna distinción entre los cocodrilos y los caimanes, que puedan unir su significado (por lo menos de una forma muy específica) con el que ahora se reporta y forma parte de esta tradición.
Lo que no deja de ser cierto son los testimonios de los habitantes, en específico el de Elia Edith Aguilar, quien fue madrina del matrimonio, quien habló sobre cómo esta celebración “le daba felicidad y la hacía sentirse orgullosa de sus raíces”.
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