Los tejidos de las mascarillas y equipos de protección no siempre favorecen la correcta oxigenación de la piel. La presión, el roce y el hecho de estar muchas horas en ambientes cerrados y sin mucha ventilación se traduce en pieles alteradas y maltratadas, con síntomas como dermatitis, brotes de acné, irritaciones o descamación y, en el peor de los casos, llagas, heridas o hematomas. Afortunadamente, estos síntomas pueden evitarse o minimizarse con un correcto ritual de belleza.
Aquí algunos consejos de los expertos de Natura Bissé para evitar y minimizar estos síntomas.
1. Limpieza delicada: Es importante limpiar la cara siempre, antes y después de usar la mascarilla, para asegurarnos de que los poros no se obstruyan con el sudor y la falta de oxigenación. Usa siempre productos suaves, especialmente si sufres de acné; los limpiadores demasiado astringentes resecan las capas más super ciales de la piel y le restan confort.
Tip: Evitar frotar con cepillos, esponjas e incluso toallas, sobre todo si se nota la piel irritada. Usa pañuelos de algodón y seca con toquecitos suaves.
2. Hidratación constante: Junto con la limpieza, la hidratación es la mejor amiga de una piel saludable. Y si elegimos una crema que le aporte oxígeno, mucho mejor.
Tip: Es muy recomendable agregar ingredientes prebióticos a tu rutina, ya que ayudan a reforzar la barrera de defensa de la piel y equilibran la ora cutánea o microbiota.
3. Nutrición profunda: Si además de deshidratada, sentimos que la piel está perdiendo firmeza, te recomendamos buscar alguna infusión de nutrientes para restaurar su elasticidad, o algún tratamiento recuperador y antienvejecimiento, para fortalecer la piel.
No dejes de ponerle especial atención a las zonas en las que el roce del cubrebocas es constante. Aplica una pequeña capa de vaselina o vitacilina para evitar que la piel se abra o se manche.
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