La retención de líquidos no le sucede solo a personas mayores, puede ocurrir a cualquier edad y es bastante fácil detectarlo, si hay días en los que te sientes inflamada, hinchada o con pesadez en zonas como los pies, tobillos, piernas, párpados, manos, brazos, cara y abdomen, es muy posible que lo estés sufriendo.
Sentirte inflada como globo de Cantoya te hace pensar que tus zapatos y tu ropa te quedan chicos, o bien, que los anillos y relojes están más ajustados que otros días, por lo que deberás cambiar varios hábitos en tu vida para evitar que la retención de líquidos sea un problema mayor.
Por eso te recomendamos que lleves a cabo los siguientes consejos y no olvides acudir con tu médico de cabecera para que te realice un check up completo, ¿lista para anotar?
Hidrátate al mil por ciento
Procura tomar como mínimo dos litros de agua al día, cuando el cuerpo se encuentra deshidratado lo primero que hace es retener todos los líquidos posibles para mantenerlo funcionando, tomar agua te ayudará a evitar que eso suceda.
Si de plano el agua natural no es tu amiga, te recomendamos incluir unas rodajas de limón, naranja o de una de tus frutas favoritas, así como también elegir agua de jamaica, limón o tamarindo pero sin azúcar.
También te puede interesar: Beneficios del té de jengibre y cómo prepararlo
¡Adiós a la sal!
Lamentamos decirte que varios de tus problemas son a causa de un exceso de sal en tu cuerpo, evita comer en grandes cantidades alimentos muy procesados y opta por aquellos más simples y que puedas preparar en casa.
Like al ejercicio
La parte agradable de la pandemia es que podemos hacer ejercicio a la hora que mejor se acomode en tu agenda, hacer una sesión de al menos 30 minutos te ayudará a que todo tu cuerpo fluya (sí, incluso los líquidos retenidos), te olvidarás un tanto del estrés y estarás lista para la sesión de home office que te espera.
También te puede interesar: 5 alimentos que mejoran la circulación sanguínea
¿Los dulces y el pan son tu adoración?
Una dieta en consumo alto de carbohidratos refinados como dulces, granos procesados y harina blanca provocarán un desequilibrio en tus niveles de azúcar e insulina, lo que provocará que tu cuerpo retenga más sodio de lo normal y por tanto, eso te lleve a retener líquidos.
