Por Brisa Granados
La película nos permite acceder a los pasajes más oscuros de la niñez y adolescencia de Arthur Fleck, castigado con una vida dolorosa, injusta, pareciera que al nacer le fue negada la suerte...
Guasón nos pone cara a cara con todos aquellos individuos y seres que convirtieron a un desvalido en un monstruo, con cada palabra, con cada gesto, con cada reacción, no es posible tanto desdén.
En medio de una atmósfera setentera, oscura, en ocasiones hilarante, y en otras de seriedad absoluta, podrás comprender los pasos, risas, carcajadas y crímenes de quien se convertiría en el enemigo más grande de Batman.
Através de la pantalla parece posible oler y hasta palpar cada gota de sangre que va formando la personalidad de un nuevo villano: El Guasón.
Y nos hace recapacitar acerca de dos grande premisas: ¿qué ocultamos dentro de una gran sonrisa? y ¿Quién es en realidad el verdadero villano? ¿El asesino o el que lo hizo convertirse en uno?
Joaquín se apoderó del personaje, hace reír, llorar y que cada espacio de la columna vertebral duela, igual que el alma y el corazón.
Ya se habla de una cuarta nominación al Óscar para Phoenix y hasta de un fuerte contrincante: Robert Downey Jr por su última interpretación de Iron Man en Avengers: Endgame.
Si lo que Phillips deseaba era justificar cada uno de los “errores” y “villanías” de Guasón ¡lo logró! Y ahora es imposible no amarlo. ¿Lo mejor? Dejó el escenario abierto a una segunda parte.