Por: Ángela Milagros
El nivel promedio de escolaridad en el Istmo de Tehuantepec es de 6.4 años de educación, aún más bajo que en todo el estado de Oaxaca donde es de 6.9. De las 45 comunidades que existen en el Istmo, sólo cuatro cuentan con secundaria y preparatoria. Además, los jóvenes deben caminar diariamente más de tres horas por la sierra para asistir a un salón de clases. Aunado a esto, como consecuencia de la pobreza, se registran desnutrición y violencia intrafamiliar; otros obstáculos que desmotivan a los jóvenes a continuar sus estudios.
Pensando en ayudar, un grupo de oblatos (laicos que profesan los principios de una orden religiosa católica), acondicionaron una casa con la finalidad de alojar a jóvenes durante los días de actividad escolar. A dicho proyecto lo llamaron Obras Educativas, Fundación que junto con otras mamás voluntarias del Colegio Vista Hermosa y sus padres Oblatos crearan después de que el padre Vicente López detectara la necesidad de apoyar a los jóvenes con comida y hospedaje para que continúen su educación preparatoria.
Obras Educativas
es una asociación civil que tiene como misión “Promover actores de cambio social a través de procesos educativos y productivos que contribuyan al desarrollo de la comunidad indígena chontal en el Istmo, en Oaxaca, todo esto respetando su dignidad y diversidad cultural”.Hoy, esta obra apoya once proyectos productivos agropecuarios, seis productivos artesanales, comerciales y de servicio, hospeda a 14 jóvenes en el Albergue San Eugenio de Mazenod que fue creado en 2012 y finalmente respalda con sus gastos diarios a Edwin, Gladys, Sabdiel, Zuleyma y Carlos, jóvenes universitarios.
Es sorprendente lo que con voluntad pueden lograr 11 mamás voluntarias de un colegio como el Vista Hermosa en conjunto con los Padres Oblatos de María Inmaculada.
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