A todos nos ha pasado en algún momento de nuestra vida, que al probar algo nos llega ese sabor difícil de describir, pero resulta una mezcla como de hielo procesado, químicos y plástico, además de otras notas que pueden variar, dependiendo de muchos factores. No es un mito y sí, existe el sabor a refri.
Muchas personas creen que este famoso “sabor a refri” no es más que una leyenda urbana, que los alimentos no pueden agarrar un sabor que, supuestamente, no puede formarse de ningún modo, pero este es innegable cuando ataca tus papilas gustativas.
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Este gusto es especialmente perceptible con alimentos recién salidos de la nevera, pero pueden quedar impregnados incluso después de descongelar algún insumo, y en ocasiones más tristes, pero menos frecuentes, después de cocinar ese platillo que estaba esperando a ser preparado en tu refrigerador.
Este sabor a refri tiene muchas causas, entre ellas, la mayoría están ligadas a descuidos, y falta de mantenimiento:
Uno de los factores más comunes está ligado al escurridor del congelador, y aunque no todos los refrigeradores cuentan con este, si no se limpia con frecuencia puede despedir olores y sabores bastante desagradables.
Así mismo, tu nevera puede estar esparciendo notas desagradables debido a contenedores o tuppers de plástico que estén mal cerrados o si no son lavados correctamente, pues estos también absorben los olores, que pueden impregnar tus insumos.
Por último, algún alimento que esté en descomposición puede estar liberando bacterias dentro de tu refri, que se traducen en mal olor, el cual es absorbido por otros platillos o ingredientes.
Si te estás identificando con todo lo que hemos mencionado hasta ahora, no te preocupes, el odioso “sabor a refri” tiene solución, y aquí te decimos como olvidarte de ese gusto molesto para cualquier paladar.
Lo primero que debes hacer es revisar muy bien cada uno de los insumos que has guardado ahí, si alguno ya está echado a perder, deséchalo de inmediato.
Lava bien cada uno de los contenedores donde guardarás tu comida, esto evitará que estos absorban aromas indeseados.
Los alimentos cocinados deben estar bien cubiertos, esto evitará se impregnen de malos olores.
Dale mantenimiento a tu refrigerador cada 6 meses, especialmente al escurridor del congelador, y a los ventiladores, además de eliminar hedores incómodos, prologarás la vida de tu equipo.
No olvides limpiar tu refrigerador, por lo menos una vez al año, desconectando los cables, y retirando (y limpiando) cada una de las bandejas removibles, y lavando bien todas las superficies de tu nevera.
Como tip adicional, puedes colocar bicarbonato de sodio en un recipiente abierto, que ayudará a disipar estos olores.
Aunque si existe el olor a refri, es fácil de eliminar, además que puede ser un buen recordatorio de que tal vez tu refrigerador necesita mantenimiento.
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