El hecho de que las piezas de arte, especialmente de grandes nombres, son sumamente valiosas es una cuestión de conocimiento público, y por supuesto, uno de los blancos más suculentos para las personas que quieren dinero fácil y rápido, sin embargo, el hacerse de obras históricas de forma ilícita no es tarea fácil, especialmente si dicho objetivo apunta hacia las 7 cifras o más.
Cabe destacar que cometer un atraco dentro de algún complejo donde se guarda una obra original de este calibre no es tarea fácil, por lo que dicho logro es una hazaña que no pasa desapercibida del ojo público, y que incluso ha inspirado libros y películas, aunque también existen otros factores, como conflictos bélicos (más de este punto adelante), donde también puede suceder un saqueo a este tipo de piezas.
Tal es el impacto de estas eventualidades, que algunas han sobresalido por sacudir al mundo del arte, e incluso, muchas de estas siguen siendo un misterio al día de hoy.
Museo Isabella Steward Gardner
Durante la madrugada del 18 de marzo de 1990, dos hombres no identificados, vestidos de policías, entraron al Museo Isabella Steward Gardner, engañaron a los guardias de seguridad, para después atarlos con cinta de las manos y el rostro. De este modo, los ladrones tomaron 13 pinturas originales, de autores como Rembrandt, Manet, Degas y Vermeer.
“Jacques III de Gheyn” de Rembrandt
El retrato del artista Jacques III de Gheyn por las manos de Rembrandt permanece en la actualidad dentro de la Dulwich Picture Gallery de Reino Unido, donde ha sido robada en cuatro ocasiones (1966, 1973, 1981 y 1986), y coronándose como “la obra de arte más robada del mundo”.
La “Mona Lisa” de Leonardo da Vinci
Cuando pensamos en el famoso Museo del Louvre de París, imaginamos que tendría uno de los sistemas de seguridad más eficientes del mundo, especialmente cuando pensamos en la mítica obra de Leonardo da Vinci, la “Monna Lisa”, sin embargo, en 1911 un hombre llamado Vincenzo Peruggia entró a los pasillos del complejo vestido como empleado en plena luz de día, escondió La Gioconda bajo su abrigo y salió del lugar sin decir más.
La icónica obra fue recuperada hasta el 1913, después de que un comprador potencial denunciara a Peruggia con la policía.
La Natividad con San Francisco y San Lorenzo de Caravaggio
La oscura obra de Caravaggio que muestra a los santos Francisco de Asís y Lorenzo, permaneció en Palermo, dentro del Oratorio de San Lorenzo por más de 300 años, hasta que en 1969 fue removida del altar donde colgaba, y se dice que desde entonces, la famosa pintura permanece en las manos de La Cosa Nostra.
Museo de Munch
En 2004, el museo construido en honor al expresionista Edvard Munch en Oslo fue asaltado a mano armada, quienes no dudaron en tomar las dos piezas más emblemáticas del artista, El Grito y La Madonna, aunque estas fueron rápidamente recuperadas por el cuerpo policiaco de Noruega.
Los Caballos de Josef Thorak
En el contexto bélico, es muy común que enemigos e invasores tomen obras de arte como parte de sus saqueos, este fue el caso de los caballos del escultor Josef Thorak, que adornaban la entrada de la cancillería del mismísimo Adolf Hitler, y que fueron robados por la KGB, para simplemente guardarlos en un almacén por décadas, hasta la disolución de la Unión Soviética en 1989.
La Bóveda Verde
Este robo ha sido de los más recientes (25 de noviembre de 2019), además de los más impactantes en la historia, y ocurrió en la famosa Bóveda Verde ubicada en el castillo de Dresde en Alemania, cuando los ladrones provocaron un fuego a la cercanía que causó un apagón masivo, para más tarde adentrarse en la bóveda donde se guardaban joyas de un valor incalculable.
Entre los objetos robados se encuentra la estrella de diamantes de la Orden del Águila Blanca, que perteneció al Rey de Polonia, además del Diamante Blanco de Dresde, que tiene un valor aproximado de 10 millones de euros.
La fortuna es una de las razones por las que el robo de arte es tan socorrido, pero también existen otros motivos, incluyendo aspectos más intangibles como ideología, renombre, e incluso, amor al arte.
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