“La libertad no consiste solo en seguir la propia voluntad, sino también a veces en huir de ella” –Kobo Abe
Este tiempo olímpico, con los reflectores en la tierra del sol naciente, despierta el interés por conocer las calles, la cultura, las costumbres y el estilo de vida de un país místico y rico en historia.
La literatura y sus creadores nos transportan a lugares desconocidos con personajes inimaginables y en situaciones que, en su conjunto, crean retratos magníficos de las sociedades. Tres grandes representantes de la literatura japonesa son Haruki Murakami, Yasunari Kawabata y Yukio Mishima; cada uno, en su época, recreó historias que enaltecieron el misticismo nipón.
Gabriel García Márquez, con el humor fino que lo caracterizaba, contó que cuando estaba a punto de conocer a uno de ellos,
lo primero que me vino a la memoria fue el culto a la muerte de los escritores japoneses; voy con mucho gusto… pero con la condición de que no se suiciden. No se suicidaron, en efecto, sino que pasamos una noche encantadora, en la cual lo mejor que aprendí fue que todos estaban locos.
También te puede interesar: Los 12 mejores libros que el New York Times recomienda y puedes leer hoy
Los básicos: Murakami, Kawabata, Abe y Mishima
En la emisión de La otra aventura que dedica a las letras japonesas, Rafael Pérez Gay cuenta que Murakami logró convertirse en un fenómeno literario internacional gracias a su novela Tokio Blues, traducida al inglés en 1987 y más tarde a otros 50 idiomas. También explica que su estilo misterioso, sombrío y por momentos mágico, es herencia de una larga tradición literaria; sus grandes referentes fueron Kobo Abe y Yasunari Kawabata.
De este último, Pérez Gay recomienda la cautivadora novela La casa de las bellas durmientes, la historia de una extraña mansión en los suburbios de Kioto, en la que ancianos burgueses pagaban para contemplar a bellas jóvenes que yacían desnudas y narcotizadas sobre una cama. Esa escena les regalaba la satisfacción más pura de su placer senil: poder soñar a su lado.
Abe –el otro gran escritor que influyó en Murakami– escribió Los cuentos siniestros, un compilado de relatos aterradores en los que lo cotidiano se torna misterioso y esto, aberrante; lo maligno e inverosímil toma por asalto a personajes solitarios, viciosos, derrotados. Rafael Pérez Gay, en La otra aventura, explica que estos cuentos muestran el germen terrorífico en la literatura oriental del siglo XX en el país asiático.
Por su parte, Yukio Mishima –cuya obra estuvo influenciada por la modernización de Japón en el siglo XX– promovió con vehemencia los valores de la cultura nipona frente a la imponente Europa occidental. Además, tuvo una latente intención de encontrar explicaciones sobre la belleza, la pureza espiritual y las tentaciones corporales. Para él, escribir fue una necesidad, un impulso de revelación sobre sus pensamientos y sensaciones más febriles.
Uno de sus libros imperdibles es Confesiones de una máscara, el relato sobre la construcción de un personaje social en los límites de lo correcto, que descubre las posibilidades de la interpretación y las apariencias, en su esfuerzo por no revelar su indeterminada identidad sexual. La elaboración de una máscara supone un proceso de descubrimiento personal sobre sus más íntimos deseos.
El autor brilló por su curiosidad estética, misma que plasmó en Nieve de primavera, una trágica historia de amor con la que denunció la decadencia moral y espiritual de su país. Su otra gran obra es El pabellón de Oro, narración situada en Kioto sobre la fascinación de un joven solitario y taciturno justamente por ese pabellón que le significa la encarnación de la suprema belleza. La novela da cuenta de la distancia entre los placeres del cuerpo y la estimulación espiritual del arte y la religión.
Este artista de las letras también escribió La ética del samurái en el Japón moderno, Patriotismo y Caballos desbocados, textos con los que intentó reforzar la idea del samurái como máxima expresión de los valores y la ética de su país. Su obsesión nacionalista lo llevó a tomar un regimiento en el centro de Tokio para promover entre la milicia la intención de regresar el poder al emperador; ante la reacción de los soldados, que se burlaron de su discurso, se quitó la vida con el sangriento ritual conocido como harakiri.
Otras opciones para sumar a tu biblioteca
Como las mujeres no pueden faltar en la literatura japonesa, Pérez Gay recomienda leer Kitchen, historia escrita por Banana Yoshimoto sobre una joven huérfana que se encuentra ante la posibilidad de una vida sin ataduras.
Este texto, que convirtió a su autora en una especie de fábula moderna imperdible, comienza así:
Creo que la cocina es el lugar del mundo que más me gusta. En la cocina, no importa de quién ni cómo sea, o en cualquier lado donde se haga comida, no sufro. Si es posible, prefiero que sea funcional y que esté muy usada. Con los trapos secos y limpios, y los azulejos blancos y brillantes. Incluso las cocinas sucísimas me encantan.
Para entender la cultura japonesa, uno de los grandes clásicos de la literatura occidental es el polémico texto de la antropóloga estadounidense Ruth Benedict, El crisantemo y la espada, el primer estudio riguroso realizado fuera del país nipón sobre sus expresiones culturales, significados sociales, sistema de creencias y valores. Se trata de una referencia literaria por el rigor y detalle de sus descripciones sobre las formas en que se construye el significado de aspectos cruciales en Japón, como el honor, la piedad y la memoria.
Estas recomendaciones literarias te adentrarán en el místico mundo japonés… abres una puerta y aparece un mundo, eso es un libro.
-
No te pierdas La otra aventura todos los domingos a las 18:30 hrs por ADN40.
¿Estás listo para los Olímpicos? Disfruta de la transmisión de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 en Azteca Deportes. #ElOroEsNuestro
Te podría interesar: 4 libros ganadores del Pulitzer 2021 para tu lista de lecturas
Suscríbete aquí a nuestro Newsletter para que estés al día con nuestros contenidos.