Por Brisa Granados
En mis veintes, cuando estaba estudiando Ciencias Políticas en Nueva York me di cuenta de que lo que realmente quería hacer era actuar. De adolescente pensaba dedicar mi vida a la danza y a la educación, y aunque la actuación me llamaba la atención, pensaba que dedicarme al arte sería egoísta, que tenía que hacer algo por México. Siempre he considerado a la educación como el pilar más importante para una sociedad sana y fuerte por lo que comencé a estudiar Ciencias Políticas con el sueño de hacer un cambio importante en el sistema educativo del país. Años después me di cuenta que el arte y la actuación, que estudia al ser humano, son también una forma de confrontar y reflejarnos como país, cultura y sociedad, y que yo soy más feliz haciendo arte que política.
¿Cuál es el papel que más te ha marcado y por qué?
Hay varios, pero elegiré a Agatha y Alice. Agatha, de Marguerite Duras, la primera obra profesional que hice, donde me dirigió Fabián Corres, el maestro, director y persona que más ha influido en la actriz que soy. Y Alice, a quien interpreto en Rotterdam, de Jon Britain, dirigida por Roberto Cavazos, la última obra en la que actúo. Ambos personajes, en momentos distintos de mi carrera, me ayudaron a asentar cuestiones actorales y descubrir miles más, además de que ambos procesos creativos, por los equipos y forma de trabajo, han sido de los más gozosos de mi carrera.
¿Qué sabor de boca te dejó interpretar a Melissa y participar en “Nada Personal”?
Disfruto muchísimo de actuar y nunca quiero que eso cambie. “Nada Personal” me deja muy agradecida con las productoras y directores, y emocionada por la gran entrega de tantos. Todo lo que hago, bien dirigido y asumido, me ayuda a ser mejor actriz, aprender a tocar el piano, algún idioma, irme de vacaciones. Así como todos los personajes y proyectos me dan la oportunidad de entrenar y descubrir cosas nuevas, Melissa incluida.
¿Qué disfrutas más hacer, televisión, teatro, y por qué?
Ambos, mucho, por distintas razones. La televisión, por su naturaleza y requerimientos en México, tiene un ritmo muy rápido y fragmentado, hay que estar listo muchas veces con poco tiempo de preparación y exploración del personaje. A mí me lleva a poner en practica la disciplina e intuición, hay que confiar mucho en lo aprendido, y sortear muchas variables, es muy emocionante. El teatro tiene otro proceso mucho más rico, en el mejor de los casos hay más tiempo para compartir ideas y explorar. Trabajar con un texto, una historia de inicio a fin, permite un control distinto que invita a descubrir constantemente, y luego vía la acción, durante los ensayos, en funciones, seguir descubriendo y confrontando, soy bien ñoña, me encanta aprender y descubrir. Cuando dicen que el teatro es magia, es cierto. Hay un diálogo constante a muchos niveles, el intercambio entre la presencia del actor y publico es único cada función.
¿Qué proyectos tienes en puerta?
Siempre tengo muchas ideas y poco tiempo, ahorita decidí darme unos meses para darle tiempo a proyectos míos que llevo tiempo trabajando a cuenta gotas... como actriz, escritora y más. También estoy ensayando una obra que me entusiasma mucho que explora la relación entre madre e hija, así como un monólogo que me está escribiendo el poeta Antonio Riestra, ambos a montarse a finales de este año o inicio del que viene, y comenzando a poner el pie en otras partes del mundo, porque aunque me encanta México, tengo muchas ganas de actuar en otros idiomas y saber qué le pasa a mi cabeza con otro sistema de pensamiento, me voy a volver loca, para bien.