Muchas personas presentan trastornos mentales alguna vez en su vida, pero muy pocas reciben el tratamiento adecuado; según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en México, solo una de cada cinco personas tiene la atención necesaria.

Por eso es tan importante el Día Mundial de la Salud Mental y lo que se hace alrededor de este, ya que pone sobre la mesa los trastornos mentales –como la depresión, el estrés, la codependencia, la ansiedad y las fobias–, la manera de prevenirlos y la importancia de tratarlos.

Para destacar algunos puntos sobre este tema, Central platicó con Alibeth Borges, directora clínica de Emotions Life Center, un espacio de tratamiento integral para trastornos mentales y adicciones.

El momento perfecto para pedir ayuda

Si te has preguntado cuándo debes buscar apoyo psicológico, sigue leyendo, porque Alibeth nos dio la respuesta que todos necesitamos tener: “La ventaja de la sintomatología de los trastornos mentales es que son incómodos y te limita en muchos aspectos de la vida: trabajo, persona, autocuidado, situaciones familiares”.

En el momento en que los trastornos mentales afectan tu vida de tal forma que ya no eres funcional, se ha prendido un foco rojo que te señala el instante de actuar inmediatamente.

“Cuando tienes consecuencias a nivel social y personal, debes identificar que ya no está pudiendo solo”, dice la directora clínica de Emotions Life Center.

Los obstáculos para obtener atención

Pero no es tan fácil como podría parecer. También hay problemas que nos alejan de recibir la atención especializada fundamental para estar mejor.

En primer lugar, como menciona Reyna Khabie, directora y fundadora de Emotions Life Center, “vivimos en una sociedad que no nos enseña a sentir y a identificar nuestras emociones”.

Además, “la salud mental se ha convertido en un tema tabú que debe dejar de ser estigmatizado por la sociedad; es hora de escucharnos y pedir ayuda”, señala Reyna.

Al respecto, Alibeth Borges asegura que “lo más importante es hacer conciencia de la parte emocional de los seres humanos y hablar de lo normal que es. Es una realidad que como seres humanos, vamos a sentir, vamos a emocionarnos. Hay que hacer consciencia de que las emociones son parte de nuestra vida”.

Otro punto a considerar es reenfocar lo que se hace respecto a la salud mental, pues la mayoría está centrado en el tratamiento, cuando se deben destinar más recursos a educar. La prevención es clave, educando desde la familia y las escuelas.

También debemos cambiar la manera en que vemos las enfermedades mentales, ya que entenderlas de manera errónea lleva al desconocimiento y la falta de atención. “Debemos saber que son enfermedades como cualquier otra, como la diabetes y el cáncer. Y que hay que acudir con un especialista adecuado, tener una valoración y si se necesita un medicamento, tomarlo”, comenta Alibeth.

El costo del tratamiento

En ocasiones, dejamos de lado la atención de nuestra salud, sobre todo la mental, por problemas económicos o, incluso, por priorizar aspectos menos importantes, como un viaje o comprar algo que deseamos mucho.

Alibeth confirma que normalmente, destinamos menos recursos económicos al tratamiento de la salud mental, pero debemos interiorizar que como las demás enfermedades, los padecimientos mentales tienen un costo económico.

“A veces es caro, pero también es cara la forma de vida a la que nos lleva una enfermedad mental no tratada. Los trastornos mentales imposibilitan para la vida y la función”, explica Alibeth.

Otro “costo” a tomar en cuenta es el esfuerzo que requiere encontrar el bienestar mental y emocional, es decir, “el compromiso del paciente para acudir a las citas, tomar los medicamentos, tener buenos hábitos… es un conjunto de factores que ayudan”.

Los mitos sobre los medicamentos

Como en todos los temas, existe desinformación que suma a la poca y mala atención que damos a nuestra salud mental.

Estas falsas creencias van desde “me voy a hacer adicto” y “me van a producir otros daños a largo plazo” hasta “va a haber un cambio inmediato”. Hay que prestar mucha atención a este punto, ya que “no es que me tome el medicamento y enseguida voy a dejar de estar triste. Poco a poco, irás mejorando, pero el tratamiento debe ir de la mano de terapia, buenos hábitos, acompañamiento familiar y ejercicio”, aclara la experta.

Además, la gente está acostumbrada a automedicarse, lo cual es un gran riesgo y lleva a que el medicamento no cumpla su función; “puedes tomar el mejor medicamento, pero si no lo haces con la guía de un profesional, va a ser muy difícil que tenga un efecto positivo”.

La directora clínica de Emotions Life Center también advierte que, como cualquier medicamento, los que se usan para mejorar la salud mental pueden tener efectos adversos, por lo cual es indispensable estar bajo observación de profesionales médicos.

¿Cómo lograr una buena salud mental?

Para estar sanos mentalmente, el cuidado de nuestras emociones es clave; “analizarlo, expresar cómo nos sentimos, compartirlo”.

Los buenos hábitos son el segundo punto: establecer una estructura de vida diaria, encontrar un trabajo que se combine con otras actividades, hacer ejercicio, llevar una buena alimentación, procurar una higiene del sueño adecuada, practicar algún hobby y cultivar una situación social con amigos y familia que nos dé paz y felicidad.

Por último, pero no menos importante, hay que identificar si los sentimientos de enojo o angustia que llegamos a tener empiezan a ser constantes. Si notas que se trata de algo permanente, debes buscar ayuda profesional.

De esta forma, se identifica un posible caso de trastorno mental a tiempo, lo que permite asistir a terapia para salir adelante y encontrar la mejor versión de uno mismo.

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