Realeza

Una empleada de Harrods revela sus secretos

Inés Bonanata de 90 años, compartió varias experiencias que vivió siendo empleada de Harrods Buenos Aires por más de 30 años.

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Por Brisa Granados

Inés Bonanata fue contratada por la empresa el 8 de noviembre de 1948, a los 19 años. Recuerda que dentro de Harrods no podía tutear ni a sus compañeras; que Tita Merello tenía fama de clienta difícil. Que Borges iba a la tienda acompañado de su mamá, y a Bioy Casares comiendo en el restaurante del tercer piso.

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Para ella entrar a Harrods era como pisar otro mundo: uno de escaleras de mármol, pisos de roble de Eslavonia encerados a diario y elevadores con apliques de bronce manejados por ascensoristas.

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En donde era posible cobrarle a Victoria Ocampo con sus famosos anteojos de marco blanco, o asesorar a la madre de Soledad Silveyra sobre la ropa de su hija. O enfrentarse a las pocas ganas de esperar de Tita Merello.

Inés recuerda que había 1.300 empleados y había de todo: telas por metro, pieles, guantes y pañuelos, bombonería, cigarrería y pastelería que se elaboraba en el cuarto y el quinto piso. Ella empezó en Tesorería, para diez años más tarde formar parte del equipo de vendedoras de la sección Lencería.

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Hace dos décadas fue cerrado el famoso almacén en Buenos Aires, pero actualmente su emblemático edificio está siendo restaurado por el famoso restaurador Ángel Amando Piccolo. Y se pretende que la tienda sea reabierta en 2020.