Foodie Revista Central

¡Salud! por la cerveza independiente

Clara u oscura. Fuerte o ligera. En lata, botella, tarro o copa, no importa cómo, la cerveza siempre es una gran opción

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Por Alex Ocaña

Llega octubre y automáticamente queremos una cerveza para celebrar el Oktoberfest, aquí te damos los consejos que harán que cada una que te tomes sea memorable:

Elige bien.
Sí, sabemos que no nos haremos expertos, pero es importante entender este concepto básico. Hay dos familias en el mundo cervecero: ales y lagers. Las primeras son conocidas como bebidas de alta fermentación, las lagers son las más populares y se caracterizan por su baja fermentación.

Esta gran diferencia se basa en el tipo de levadura que se utiliza para producirlas; lo que se traduce a caldos muy frutales y aromáticos en el caso de las ales y más ligeros en el caso de las lager.

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¡No es hielo!
Una cerveza se toma fría, pero no exageres. Siempre hemos creído que se trata de una bebida refrescante y por ende debe estar helada, pero mientras más fría se pierde la capacidad de percibir los aromas y sabores.

Esto se debe a que se trata de un líquido vivo, tiene microorganismos que se encargan de los sabores y aromas y, como la mayoría de los organismos, éstos no desactivan a temperaturas muy bajas.

Siempre en vaso.

Es muy cómodo beberlas desde la botella o la lata, pero te recomendamos servirlas en copa o tarro porque si lo bebes directo se obstruye la capacidad de percibir su aroma y, por lo tanto, su sabor.

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Sírvela correctamente.
Por lo general cuando se sirve una cerveza de manera correcta debe quedar como corona una capa de aproximadamente 2 centímetros de espuma, para lograr esto debes colocar el vaso con aproximadamente 20 grados de inclinación y servir la cerveza con velocidad moderada. Cuando el nivel del líquido se acerque al borde del vaso enderézalo mientras terminas.