Por: Nury Novelo
Apasionada, sensible, auténtica y llena de energía. Así se define Daniela Villa. “Soy muy pasional, todo lo tomo muy a pecho; pero si algo he aprendido de la vida, es a reaccionar con entereza ante las situaciones adversas que ésta me presenta. Después de varios años de pruebas y obstáculos, puedo decir que encontré un camino que me llena de paz y satisfacción: mi trabajo”.
Además de ser una marca de ropa y accesorios cien por ciento mexicana, pensada para mujeres arriesgadas de todas las edades, busca apoyar a fundaciones y poner ese granito de arena que tanto necesitan las familias con niños con discapacidad.
“Y así, con la intención de apoyar a todas aquellas mujeres que viven esta situación, llegué a México a buscar un lugar que, además de ser mi hogar, se adaptara a mis necesidades y tuviera el espacio necesario para montar mi taller-estudio y recibir a todos mis clientes”.
Un edificio antiguo en la calle de Arquímedes en Polanco se convirtió en el escenario perfecto para darle vida a su marca. La diseñadora salió a recibir al equipo de Central perfectamente arreglada: portaba un vestido boho-chic negro con transparencias y lleno de detalles, de su más reciente colección.
El recorrido comenzó exactamente entrando a su departamento. Del lado izquierdo hay dos repisas llenas de vestidos vaporosos y prendas de piel, sombreros pintados a mano y una mesa enorme con máquinas de coser, hilos, tijeras, bocetos y millones de etiquetas que conforman su atelier. Al cruzar el estudio, se encuentra una puerta que se mantiene cerrada. Al abrirla, nos sorprendió un espacio muy amplio y lleno de luz, mismo en el que la diseñadora recibe a sus clientes y en el que pasa la mayor parte del tiempo.
“Este lugar representa mi estilo de vida y es definitivamente mi espacio de fuga. Aquí es donde me siento a crear, a imaginar y a inspirarme. Qué mejor rincón que uno que tú diseñaste y decoraste con lo que mejor te define. En mi caso, todo lo original, atrevido y diferente”.
Además de descubrir el amor que le guarda a su lugar natal por los muebles vintage que atesora provenientes de Baja California; nos sorprendió su inmensa pasión por los toros. “Siempre he querido ser rejoneadora, tengo una pasión muy fuerte por la fiesta brava, por España, por lo flamenco...”
Esta fusión entre lo taurino y lo vintage ha sido su principal inspiración y se refleja en todas sus creaciones. “Mi casa y mi marca soy yo. Siempre y ante todo busco ser diferente y propositiva. Ropa y diseñadores mexicanos existimos muchos, pero el reto está en llamar la atención de tu mercado e impactarlo de una manera especial y contundente.”
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