Por: Brisa Granados
¿Te sientes raro de incursionar en el reggaetón?
No es un cambio sino un crecimiento musical. Sigo haciendo lo que me gusta, que es cantar con mucha honestidad y sentimiento. En el disco obviamente hay baladas. Esa parte es la mitad de mi cuerpo, respiro romanticismo, pero la otra mitad necesita moverse, bailar, y con Despacito me pude desahogar.
Después de 19 años de carrera, un premio Grammy, cuatro Billboard y varios reconocimientos más, ¿qué te falta por hacer?
Cada disco es reinventarse, empezar desde cero. Quiero seguir consolidándome en países donde ya me conocen pero que me falta mucho por dar. No es momento para sentarme y aplaudir el éxito de “Despacito”, ahora tengo que seguir picando piedra.
¿Qué te sucede cuándo llegas a tu habitación de hotel después de un concierto?
Es la parte más compleja. La adrenalina es tan intensa con el ruido de la música, de la gente, correr para montarte al automóvil al terminar el concierto. Después llegas al hotel y de repente se apaga todo: cuesta apagar la emoción y acostarse a dormir. Todavía no me acostumbro.
¿Cuáles son tus reglas para salir de gira?
Nada muy rock and roll, no puedo decirte que viajo con una avestruz albina. Sólo mi guitarra, audífonos, computadora y teléfono.
¿Es más difícil salir de gira ahora que eres papá?
Sí, por supuesto que perderme muchas cosas personales sigue siendo y será lo mas difícil de una carrera como ésta. Es un reto tratar de no fallarle a ambos lados de esta balanza.
¿Has querido tirar la toalla?
Nunca ha sido tan extremo. Sí ha habido momentos de cansancio, estás enfermo y quieres estar tirado en la cama.
Cuéntanos todos los detalles sobre tu nuevo álbum.
¿Te sientes raro de incursionar en el reggaetón?
No es un cambio sino un crecimiento musical. Sigo haciendo lo que me gusta, que es cantar con mucha honestidad y sentimiento. En el disco obviamente hay baladas. Esa parte es la mitad de mi cuerpo, respiro romanticismo, pero la otra mitad necesita moverse, bailar, y con Despacito me pude desahogar.
Después de 19 años de carrera, un premio Grammy, cuatro Billboard y varios reconocimientos más, ¿qué te falta por hacer?
Cada disco es reinventarse, empezar desde cero. Quiero seguir consolidándome en países donde ya me conocen pero que me falta mucho por dar. No es momento para sentarme y aplaudir el éxito de “Despacito”, ahora tengo que seguir picando piedra.
¿Qué te sucede cuándo llegas a tu habitación de hotel después de un concierto?
Es la parte más compleja. La adrenalina es tan intensa con el ruido de la música, de la gente, correr para montarte al automóvil al terminar el concierto. Después llegas al hotel y de repente se apaga todo: cuesta apagar la emoción y acostarse a dormir. Todavía no me acostumbro.
¿Cuáles son tus reglas para salir de gira?
Nada muy rock and roll, no puedo decirte que viajo con una avestruz albina. Sólo mi guitarra, audífonos, computadora y teléfono.
¿Es más difícil salir de gira ahora que eres papá?
Sí, por supuesto que perderme muchas cosas personales sigue siendo y será lo mas difícil de una carrera como ésta. Es un reto tratar de no fallarle a ambos lados de esta balanza.
¿Has querido tirar la toalla?
Nunca ha sido tan extremo. Sí ha habido momentos de cansancio, estás enfermo y quieres estar tirado en la cama.
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