Por: María Velasco
Nacida en la Ciudad de México, siempre le llamó la atención todo lo que tenía que ver con arte: fotografía, cine, moda. Estudió una maestría en Mercadotecnia y comunicación en Francia. Trabajó para Lacoste y L’Oréal. Cuando regresó a México estuvo en LVMH en una marca de cosméticos y ahí fue cuando se familiarizó con el mercado mexicano. “Siempre fui una mala godín, la típica ultrarebelde y que cuestionaba todo”, recuerda.
Su modelo de negocios está basado en eliminar todo tipo de intermediarios y así eliminar también los mark ups en el precio de cada producto. “De esta manera podemos hacer muebles buenos, bonitos y baratos”, agrega Marisol.
“El nombre de la marca surgió del sentido literal de alma máter: la casa donde forjas tus valores. Cuando estaba en busca del nombre para este proyecto decidí que sería alma y mater porque con “alma” expresamos que hacemos las cosas con el corazón y “mater” representa la materia prima. Alma & Mater se refiere a los valores que no forjas en la escuela sino en tu casa”, explica sobre su marca.
Marisol
está consciente de que los espacios son cada vez más pequeños y por lo tanto los muebles tienen que ser funcionales. Además, todos los productos son costumizables, al gusto y necesidad de cada cliente: “Nosotros proponemos una idea de diseño, de estructura, de cómo tiene que ser; sin embargo, dejamos la puerta abierta para personas que tienen una idea muy fija de lo que necesitan”.Sobre atreverse y empezar su propia marca nos cuenta: “Es complicado, son circunstancias de vida que te van llevando y un día tienes que armarte de valor. No te tiene que dar miedo, eso es lo principal, y muchísimo confianza en ti mismo y en tu proyecto”.
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