Por Fabiola Caballero
Bostezar mucho quizá no sea tan mala señal, pues según un estudio realizado en una Universidad de Nueva York, es probable que tengas un cerebro más grande y complejo. Al contrario, de quienes tienen un cerebro más pequeño parecen bostezar menos.
Los investigadores analizaron la duración del bostezo de 109 individuos, incluidos a 19 especies diferentes, desde personas hasta elefantes y así descubrieron que cuánto más largo era, mayor era el tamaño del cerebro.

¿Sabías que el bostezo funciona como mecanismo para enfriar el cerebro?
Una hipótesis lanzada en 2007 por estos mismos investigadores, refieren que al bostezar se expanden y contraen las paredes del seno maxilar para bombear aire al cerebro, lo que hace disminuir su temperatura.
Lo anterior afirma la “teoría termorreguladora del bostezo” pues al hacerlo aspiramos aire, el cual sirve para enfriar el cerebro.
Por ello, no suena tan descabellado pensar que si el cerebro es más grande, la persona necesitará bostezar con más frecuencia o durante más tiempo para enfriarlo.