Por Alejandro Rosas*
Todo mundo cree que la madrugada del 16 de septiembre de 1810, Hidalgo tocó personalmente la campana de Dolores –llamada esquilón de San José– para llamar al pueblo a tomar las armas. Pero no, él no lo hizo. No había una cuerda tan larga como para tocarla desde el atrio de la parroquia, así que envió al sacristán a que subiera y echara las campanas a vuelo. ¡Típico de jefes!
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*Historiador y catedrático, forma parte del programa Los conspiradores que se transmite por Proyecto 40