Si me detengo a pensar, me hubiera gustado ser pianista o diseñar paisajes. Quizá tendría una vida con menos estrés, actividades menos demandantes; tal vez sería una persona completamente diferente a la que soy hoy. Sí, toco el piano, mas no al nivel ni con la frecuencia que me gustaría. No tengo tiempo: soy medianamente buena en el piano, medianamente buena para crear jardines; medianamente buena en muchas cosas que me gustan, pero no se puede tener todo: elegir es renunciar. Las horas del día son finitas y el rumbo que yo tomé fue otro.
Primero quise ser mercadóloga y fundé una agencia de publicidad; luego invertí en energía eólica, una empresa que levanté de la nada: Grupo Dragón. Actualmente tengo cuatro proyectos: formo parte de la familia del Partido Verde, donde me desempeño como senadora; junto con mi marido (Rodrigo Ripstein) y Pedro López, fundé una productora llamada All About, cuya finalidad es apoyar el cine mexicano, porque siempre he creído que, por medio de la cultura, el ser humano se engrandece; también, nos metimos de lleno a incursionar en la geotermia, son proyectos de energía 100 % renovable, energía base, es decir, que funcionan todo el tiempo; y, por último, el más importante: mis hijas, su futuro y bienestar me quitan el sueño.
Mi padre (Ricardo Salinas Pliego) siempre me dijo “Yo te voy a apoyar en lo que tú quieras, pero tú eres la que va a forjar su propio destino”. Muchas veces la gente cree saber quién eres porque conoce a tus padres, cuando en realidad uno va descubriendo su personalidad y forja su camino a lo largo de los años; cada quien genera sus oportunidades, sus éxitos y sus fracasos. Eso es algo que busco inculcarle a mis hijas: el deseo de perseguir sus sueños, ser guerreras. Quiero que entiendan la relación directa entre la causa y el efecto: si te esfuerzas, sucederá esto. Cuando un ser humano tiene ese concepto claro, por lo general, puede trazar una ruta para conseguir las cosas. Cuando no se entiende eso, viene la victimización: “Es que no me tocó… es que no me pasó… es que no me dieron”. Nadie te tiene ni que dar, ni procurar que te suceda, ni es de Dios. La ruta la puedes trazar muy fácil cuando realmente comprendes qué te está faltando para conseguir el efecto que buscas.
Al final del día uno hace lo que puede con lo que tiene. Yo siempre he trabajado por formar una imagen que me enorgullezca a mí misma y crear espacios que me definan. Para conseguirlo me ha servido mucho una frase que me repetía mi madre (Ninfa Sada Garza) “Hay que pararse en hombros de gigantes”. En todos los ámbitos, profesional y personal, siempre me he rodeado de gente que sabe más que yo. Tengo muchos maestros. No me da pena preguntar, decir “No sé”. De mi abuelo (Hugo Salinas Price) aprendí a ser humilde. En términos generales, pienso que lo he hecho bastante bien. Pero todos los días busco nuevos espacios para consolidar el proyecto de vida que tengo para mí misma.