Cultura

Alfonsina Storni, la musa del mar

Por: Carlos Betancourt Núñez 25 octubre 2020 • 3 minutos de lectura

Escritora multifacética, nos legó una obra original y adelantada a su época en la que denunció las injusticias cometidas a las mujeres de su tiempo, además de abogar por la igualdad de género. En el aniversario de su trágico final, la homenajeamos con algunos de sus poemas más emblemáticos.

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Conocida mundialmente, Alfonsina y el mar es una canción que ha sido interpretada desde Mercedes Sosa hasta Plácido Domingo, pasando por el trío Los Panchos, Miguel Bosé e incluso Shakira, de ahí que sea pertinente preguntar ¿quién no conoce esta bella melodía? Incluso podríamos afirmar que parte de su éxito, además de su melancólica musicalización, es la poética letra que da cuenta de una mujer que decide hundirse en el océano para acabar con su vida, tal como queda explícito en los últimos versos de la canción.

Y te vas hacia allá / como en sueños

Dormida, Alfonsina / vestida de mar

Basada en la muerte de Alfonsina Storni, los compositores Félix Luna (letra) y Ariel Ramírez (música) nos legaron un tema que por fortuna no ha dejado caer en olvido a una de las más grandes escritoras que han dado las letras hispánicas, pero no por ello leída como debería de serlo, y aquí cabe otra pregunta más pertinente aún: ¿quién en la actualidad conoce un poema de Alfonsina Storni? Por desgracia, habrá pocas personas que contesten afirmativamente.

Por supuesto, no es culpa de ninguno de nosotros el que las grandes editoriales decidan publicar tirajes enormes y dar difusión a libros de contenido pobre, o que los programas de estudio cada vez consideren menos a la literatura como parte esencial de un aprendizaje íntegro, o que la difusión cultural en el país sea extremadamente precaria.

Por esto y más, a 82 años de su partida, en Central dejamos una selección de algunos poemas suyos los cuales dejan ver pasajes de su vida y de cómo, a pesar de vivir innumerables adversidades, su carácter fuerte le permitió crear una de las obras más originales escritas por una mujer.

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Alfonsina Storni, nacida el 29 de mayo de 1892, caminando por la rambla de Mar del Plata.

Tú me quieres blanca

De naturaleza independiente, poco antes de cumplir veinte años se embaraza de un hombre casado y 24 años mayor que ella que la rechaza, por lo que decide abandonar Rosario e instalarse en Buenos Aires. Ahí publica en 1916 su primer libro llamado La inquietud del rosal donde, en algunos poemas, habla de las dificultades de ser madre soltera en una sociedad prejuiciosa. Sin embargo, no es hasta 1918 con El dulce engaño que se cristalizan de mejor manera sus preocupaciones estéticas y literarias, así como la denuncia social por los estereotipos que las mujeres estaban obligadas a seguir. Muestra de ello es el poema “Tú me quieres blanca” en el que critica el canon femenino que los hombres pretendían imponer: solo las mujeres de piel blanca y virginales eran las únicas dignas de ser desposadas, como podemos ver a continuación:
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Tú que el esqueleto

conservas intacto no sé todavía

por cuáles milagros,

me pretendes blanca

(Dios te lo perdone),

me pretendes casta

(Dios te lo perdone),

¡me pretendes alba!

Huye hacia los bosques,

[…]

entonces, buen hombre,

preténdeme blanca,

preténdeme nívea,

preténdeme casta.

La que comprende

A pesar de su postura radical —en Argentina luchó por el derecho al voto femenino y escribió muchos artículos en favor de la igualdad de género—, no podemos dejar de lado que como cualquier persona, Alfonsina también era un ser vulnerable y sensible, por lo que en su libro Languidez de 1920, por el cual ganó en su país el Primer Premio Municipal de Poesía y el Segundo Premio Nacional de Literatura, contiene un breve poema llamado “La que comprende” en el que habla de una mujer embarazada que —muy probablemente— será madre soltera, igual a la autora, por lo que pide a Dios evitar a su retoño las cargas y dificultades que en ese momento —y vale decir que aún ahora— conllevaba el nacer mujer:

Con la cabeza negra caída hacia adelante

está la mujer bella, la de mediana edad,

postrada de rodillas, y un Cristo agonizante

desde su duro leño la mira con piedad.

En los ojos la carga de una enorme tristeza,

en el seno la carga del hijo por nacer,

al pie del blanco Cristo que está sangrando reza:

—¡Señor, el hijo mío que no nazca mujer!

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Monumento a Alfonsina Storni frente a la playa La Perla en Mar del Plata.

Voy a dormir

Hacia 1935, ya consagrada en su país, en Montevideo y en Europa, Alfonsina se bañaba en el mar cuando una fuerte ola la golpeó en el pecho dejándola inconsciente: tenía cáncer de mama. A partir de ahí su comportamiento, de tintes paranoicos y con delirio de persecución, se recrudeció los siguientes años al punto de dejar de ver a sus amigos más cercanos e incluso el trato con su hijo cambió. Finalmente, entre el 20 y 22 de octubre de 1938, escribe un poema titulado “Voy a dormir” que es publicado en La Nación y, el 25 de ese mismo mes, se arroja al Mar de la Plata frente a la playa La Perla a sus 46 años. Aquí algunos de sus tristes versos:

Voy a dormir, nodriza mía, acuéstame.

Ponme una lámpara a la cabecera;

[…]

si él llama nuevamente por teléfono

le dices que no insista, que he salido.

Para finalizar diremos que su testamento literario sirvió, también, para darle forma a la canción que mencionamos al inicio.

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